La nueva ministra de Agricultura de Brasil, Katia Abreu, dijo que prepara a toda velocidad un amplio programa de movilidad social rural para presentar a la presidenta Dilma Rousseff con el que buscará promover el ascenso a la clase media de 700.000 campesinos, un proceso que repetiría el experimentado por poblaciones urbanas del país en la última década, cuando millones dejaron de ser pobres.
Brasil tiene unos 3,5 millones de productores rurales, de los cuales apenas 700.000 integran la llamada clase media rural. Katia Abreu, quien dejó el cargo de senadora para asumir el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento, dijo en una entrevista con Brasil/247 en su despacho de Brasilia que tiene como meta duplicar ese número en un plazo de cuatro años.
“Muchos no son ni siquiera productores rurales propiamente, sino que viven en zonas rurales”, dijo la ministra, quien quedó viuda a los 24 años, edad a la que asumió la administración de una hacienda en el norteño estado de Tocantins.
Luego fue presidente de una entidad rural de ese distrito y posteriormente fue elegida como titular de la poderosa Confederación Nacional de Agricultura (CNA), posición desde la que se convirtió en una interlocutora frecuente de la mandataria Dilma Rousseff, a la que definió como “la primera jefa que tengo en mi vida”.
Katia Abreu, cuya designación despertó polémica en sectores de izquierda como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), también se propone una férrea y persistente defensa y promoción de las virtudes de la carne brasileña en el exterior, principalmente en mercados latinoamericanos como México y Chile, en la que será otra de sus principales banderas de gestión.
Brasil exportó carne bovina por 7.200 millones de dólares anuales el año pasado.
Hong Kong es el principal destino en el mundo y Venezuela el más importante de América Latina. Pese a esa marca histórica, la funcionaria dijo que dueños de cadenas de restaurantes de carnes de Brasil, popularmente conocidas como churrascarias, le plantearon la necesidad de fortalecer la imagen de la carne local en el exterior debido a resistencias, especialmente en países latinoamericanos.
“Tenemos una carne tan buena como la argentina y la uruguaya y necesitamos romper prejuicios”, aseguró Abreu.
La ministra anunció recientemente medidas para impulsar la exportación de bienes agropecuarios a través de puertos de las regiones Norte y Noreste de Brasil, buscando reducir los costos de transporte de la producción en momentos en que el país recolecta la mayor cosecha de su historia, en torno a las 200 millones de toneladas de granos.
Llena de ideas, que muestra anotadas a mano en un pequeño cuaderno, la ministra Abreu también quiere contribuir a mejorar la imagen del agronegocio y del productor rural dentro de su propio país.
Para eso, lanzará un plan de agricultura urbana como el que existe en varias metrópolis del mundo, donde pequeños canteros y espacios son aprovechados para producir hortalizas y legumbres. El sueño de la funcionaria es hacer de la agricultura una fiebre nacional.
“Fue por eso que hicimos una campaña con Pelé cuando presidí la CNA. No somos villanos. Ponemos en la mesa del brasileño y en la de ciudadanos del mundo entero alimentos baratos y de buena calidad y sustentamos la balanza comercial de Brasil”, afirmó.
La ministra dijo que su gestión se caracterizará por tener un amplio diálogo con el sector privado. “Todos aquí será escuchados. Y yo me preocupo por el empresario, que es quien siente en la piel los problemas”, añadió.
Con los aportes del sector privado, la ministra dijo que trabajará para crear un Plan Estratégico “Agro + 20”, que incluya metas y proyecciones para el agro brasileño en las próximas dos décadas.
Katia Abreu prometió además que trabajará para romper la resistencia a la presidenta Dilma Rousseff en el sector rural.
“Hay una ‘AgroDilma’ que pocos conocen. Nadie hizo tanto por el sector como ella. Sólo la apertura de (el sector de) puertos permitió que hoy estén siendo construidas 78 nuevas terminales en Brasil. Es hora de terminar con los prejuicios y dejar la ideología de lado”, concluyó la funcionaria, quien destacó también el aumento de recursos de bancos públicos destinados al crédito para productores rurales durante el primer gobierno de la mandataria brasileña.
Fuente: Brasil 247
