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Aseguran que el faltante de gasoil es una oportunidad para los biocombustibles

El déficit de gasoil que se acentúa en la Argentina puede ser una puerta para un desarrollo más temprano del biocombustible.

El déficit de gasoil que se acentúa en la Argentina puede ser una puerta para un desarrollo más temprano del biocombustible.
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Durante varios años, necesariamente en la Argentina van a convivir las importaciones de gasoil con las exportaciones de biodiésel. Situación por la que no hay que alarmarse, sobre todo por cuestiones de precios. Hoy un litro de biodiésel -insumo clave de la producción local- cuesta alrededor de 3,30 pesos más IVA, mientras que el gasoil importado, el más caro del mercado, está cerca de los dos pesos más IVA, además de las cargas impositivas adicionales. Insisto: que se importe gasoil y se exporte biodiésel no es una razón para inquietarse.

La otra cuestión de peso vinculada a este tema es que hay que entender que, en la actualidad, la capacidad de destilación de petróleo en el país se mantuvo constante, pero la economía creció a tasas altísimas, prácticamente sin precedentes.

Esa situación generó una demanda creciente de combustible, mayormente de gasoil. Algo lógico si se tiene en cuenta el déficit que el país arrastra desde la década pasada, en la que se privilegió su uso en lugar de las naftas. El panorama económico actual refleja una necesidad natural. Y como el precio del gasoil es barato, aun con la exención impositiva del 40 por ciento, sigue siendo un combustible caro comprado con el que se produce localmente.

Allí se presenta un problema: el gasoil pasa a ser un bien escaso, además de que no se puede incorporar cualquier porcentaje de biodiésel al diésel, sino sólo un cinco por ciento, cantidad homologada por la Ley 26.093, reglamentada por el Decreto 109/07.

El déficit del gasoil en el país, por diversas circunstancias, irá creciendo hasta alcanzar niveles elevadísimos en los próximos años. Y entonces, el biodiésel adquirirá mayor relevancia.
Sin embargo, pueden generarse complicaciones si no se cumple con las homologaciones. Podrían comenzar los conflictos con los fabricantes de automóviles. No se puede llevar adelante un plan de corte de biodiésel que vaya en contra de las garantias de los fabricantes. Si no se cumplen con las normativas, se caen las garantías simplemente porque todavía no hay pruebas que revelen que un vehículo puede utilizar un combustible con más de un diez por ciento de biodiésel. Eso podría hacerse una vez que se hagan exámenes de autos con millones de kilómetros recorridos, utilizando, por supuesto, ese combustible.

Entiendo que el uso de biodiésel tiene un límite, por lo que es lógico seguir importando gasoil y continuar con los envíos al exterior de biodiésel a aquellos mercados que lo demandan y lo pagan bien. El biodiésel es un producto premium, de mejor performance que el gasoil. En el mundo se usa en pequeños cortes con otros combustibles, asemejándose a un aditivo.

El Gobierno está analizando la normativa complementaria que tiene que emitir para llegar a con un plan de ley en 2010. La Ley 26.093, regula la producción, comercialización y uso sustentable de biocombustibles en la Argentina. Su medida más importante establece que a partir de 2010 -o antes, si así lo decidiera el Poder Ejecutivo- el gasoil y la nafta que se comercialice en el mercado interno, deberán contener un 5 por ciento de biodiésel y bioetanol como mínimo.

Por Claudio Molina, director Ejecutivo de la Asociación de Biocombustibles e Hidrógeno / Especial para El Federal

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