Por segundo año consecutivo el clima no acompaña a la producción de granos en la provincia de Salta en particular y en todo el NOA en general. Durante la campaña 2011/2012 los cultivos de soja y maíz, principalmente, se vieron afectados por una prolongada sequía que se extendió desde mediados de enero hasta fines de febrero (momento clave en la formación y llenado de granos), la que fue seguida por casi 40 días de lluvia entre marzo y abril (tiempo de cosecha), lo cual terminó de dañar la producción, ocasionando una caída superior al 50% de lo estimado, siendo ésta una de las peores campañas de las que se tienen registro en nuestra provincia.
Lamentablemente, en lo que va del ciclo actual (campaña 2012/2013), la falta de lluvias, no solo está afectando el desarrollo de los cultivos sino que, ni siquiera han sido suficientes para completar la siembra en muchos lotes (se estima que 20.000 has. quedaron sin sembrar).
Transcurridos entre 50 y 70 días desde el momento de siembra de soja y maíz, ya se observan importantes pérdidas donde, de acuerdo a estimaciones preliminares, entre el 20% y 30% de la superficie de soja ya es irrecuperable y las restantes están seriamente afectadas en su potencial de rendimiento, situación que se agrava cada día que pasa sin lluvias.
Una caída del 50% en la producción de granos en Salta implicará 1.000.000 de tns. menos de soja y unas 400.000 tns. menos de maíz que, a precios FOB (antes de retenciones), equivalen a U$S 635 millones y a precio FAS (lo que recibe el productor) representan unos $2.150 millones de pesos que no ingresarán a la economía local. Lo mismo ocurre en el sector ganadero, el cual ya está teniendo serios problemas por falta de pasto y forrajes para alimentar los rodeos.
Agrava esta situación el contexto actual de una altísima presión tributaria al sector, mayores costos de producción y comercialización, producto de la inflación y precios de granos amesetados, lo que conlleva a una contracción importante en los márgenes de rentabilidad, más aún en zonas alejadas de los puertos. En una provincia donde el sector agro ganadero es el de mayor peso relativo en su PBG y cuyo presupuesto anual para 2013 asciende a $11.840 millones aprox., este es un golpe imposible de asimilar sin políticas concretas de apoyo.
Esta situación no puede ni debe ser abordada como un problema que afecta al sector agropecuario exclusivamente, sino que constituye un serio escollo para toda la economía provincial y regional. Si no hay cosecha se afecta seriamente la cadena de pagos y esto repercute particularmente en los pueblos del interior provincial, cuyas economías sufren una paralización enorme, con serias consecuencias sociales no deseadas, tales como, pérdida de puestos de trabajo o no generación de nuevos empleos, postergación de inversiones, caída en la actividad de talleres, gomerías, repuesteras, ventas de maquinarias, comercio en general, etc.
Es imprescindible coordinar esfuerzos tanto entre el sector público y privado, como entre los distintos actores de la cadena, a fin de poder afrontar la difícil situación del sector y superar de la mejor manera posible, entre todos, un año que se perfila como muy complicado para la economía salteña.
Fuente: Lisandro de los Ríos, Gerente de la Asociación de Productores de Granos del Norte (Prograno)