El acuerdo que la conducción del Banco Central (BCRA) venía negociando con los exportadores cerealeros desde hace varios días para recrear la sensación de calma en el mercado cambiario quedó oficialmente plasmado ayer, en una circular que dio nacimiento a la letra ajustable por el tipo de cambio.
Se trata de un nuevo título de deuda (de la familia de los que coloca entre bancos cada semana para regular la oferta monetaria) que podrá emitir desde hoy esa entidad, pero sólo quedarán habilitados a suscribirlos este tipo de exportadores.
La idea es que este instrumento los anime a ingresar dólares de prefinanciaciones bancarias o adelantar la liquidación de exportaciones por un monto suficiente para que el BCRA pueda correrse del lado vendedor del mercado cambiario oficial y dejar de perder reservas por esa vía. La oferta de las divisas que mantenía atesoradas para suplir el ingreso de dólares genuinos fue la causante de la pérdida de reservas por US$ 2000 millones mensuales en el último bimestre.
Según publicó La Nación, el mecanismo permite a estos exportadores cubrirse de la devaluación del peso por hasta seis meses, algo que valoran en momentos en que el Gobierno se decidió a apresurar el ritmo de depreciación del peso frente al dólar para intentar dejar gradualmente atrás el retraso cambiario en que se había caído en los últimos años. “Es un instrumento no obligatorio, que podés usar una vez como moneda de pago intrasector y con plazos de monetización flexibles”, valoró un ejecutivo de una exportadora cerealera ante una consulta de LA NACION.
Aludía al sistema de reaseguros que la letra tiene: el que suscriba (se aceptarán compras desde un mínimo de $ 2 millones) no necesitará tenerla en cartera hasta su vencimiento, sino que podrá cambiarlo por pesos (al tipo de cambio oficial del día) desde el día 91 o podrá transferirla a cualquier operador de la cadena de producción y servicios del sector cerealero y aceitero que esté inscripto en los registros oficiales.
El pacto que el presidente del BCRA, Juan Fábrega, negoció pacientemente con los cerealeros apunta a sumar en el corto plazo unos US$ 2000 millones a las reservas para evitar que cierren el año por debajo de los US$ 30.000 millones (están en el orden de los US$ 30.500 millones, pero este año restan pagos de deuda pública por unos US$ 800 millones que las van a debilitar más).
Anoche, los referentes del sector cerealero se mostraban optimistas sobre el grado de aceptación que podría alcanzar la letra indexable al valor del dólar. Pero, sobre todo, valoraban el canal de diálogo. Y en los bancos resaltaban que se habían reactivado las consultas por líneas para prefinanciar exportaciones, lo que interpretaban como una señal anticipatoria de aceptación del instrumento.
El plan del BCRA es ganar tiempo para cerrar el año y atravesar el verano sin sobresaltos a la espera de que una nueva cosecha gruesa aporte divisas, mientras acelera la devaluación del peso para que otros sectores vuelvan a encontrar rentables las ventas al exterior.
