La inminente caída de los subsidios azucareros europeos ya está generando grandes negocios para el etanol de azúcar brasileño, tres veces más barato que el de EE.UU.
Preocupadas por el incremento del precio del petróleo y su dependencia del “oro negro”, las principales potencias están poniendo la mira -y los millones- sobre los biocombustibles, como demuestra la ley de energía sancionada recientemente por el Congreso estadounidense, que contempla duplicar la producción de etanol.
Esta tendencia está llevando a Brasil, el principal productor mundial de biocombustibles, a la primera plana de los medios internacionales.
“Las plantaciones azucareras brasileñas alimentan a 320 plantas de etanol, y 50 más se abrirán en los próximos cinco años”, señaló la revista Newsweek en un artículo. “Los automóviles brasileños -agregó- se alimentan con combustible que contiene hasta 25% de etanol. Pero la nueva generación de vehículos ya puede funcionar íntegramente con ese combustible, que cuesta la mitad de la gasolina común en cualquier estación de servicio desde Río de Janeiro hasta el Amazonas.”
Para abastecer la creciente demanda mundial, los “barones del azúcar” y varias multinacionales y empresas japonesas, chinas, alemanas y australianas, tienen contempladas inversiones en Brasil por más de u$s 6.000 M para el próximo quinquenio.
“Queremos vender al mundo ríos enteros de etanol”, dijo el ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, con un entusiasmo que excede a su rol de funcionario público, ya que es dueño de una plantación azucarera en San Pablo, en la que organiza tours para delegaciones comerciales extranjeras.
Cargill anunció la instalación de una planta procesadora en El Salvador, que le permitirá exportar a EE.UU. -gracias al CAFTA- etanol hecho con insumos brasileños, sin pagar los aranceles.
Corea del Sur ya es cliente de Brasil, y China está estudiando la posibilidad de empezar a comprarle etanol o insumos para su producción. El gigante asiático posee la mayor planta destiladora de etanol del mundo, en la localidad de Jilin. Y si bien funciona con maíz, están realizando experimentos con azúcar.
Sebastián Masana
Especial para Infocampo
