En un informe acerca de la actividad económica de Brasil, la consultora Ecolatina reveló que el nivel de actividad en el país vecino “se encuentra en su máximo histórico pero preocupan algunos signos de agotamiento: por noveno trimestre consecutivo la variación interanual del PBI exhibe una desaceleración”.
“Lo llamativo es que la pobre performance se esté dando luego de que el Gobierno reorientara su política económica para apuntalar el crecimiento y disponga fuertes incentivos fiscales para favorecer a la industria y el consumo”, agregó.
En tanto, señaló que “sucede que la coyuntura es más débil: en el último año la entrada de inversiones de cartera, que fondeaba a los bancos, prácticamente se evaporó, por lo que los créditos a la industria y a las familias desaceleraron significativamente”.
“La incertidumbre global llevó a los inversores a refugiarse en activos seguros, pero también abandonaron Brasil por la fortísima reducción del retorno en dólares que se obtiene en relación al pasado (depreciación del Real y SELIC en mínimos históricos)”, sostuvo el informe.
Finalmente, la consultora concluyó que “ante la desaceleración del apalancamiento, los gastos del sector privado ajustan conforme a sus ingresos genuinos. Y mientras éstos no mejoren significativamente, el crecimiento de la economía será más suave que el registrado en años anteriores”.

