A raíz de todo el revuelo ocasionado por la inscripción de maíces con el evento GA21, las semilleras han rescatado una iniciativa parlamentaria de los senadores César Gioja y Marina Riofrío, por la cual se propone modificar la Ley de Patentes para incorporar una protección provisional al solicitante.
La razón de la propuesta es muy sencilla. Obtener una patente en la Argentina puede llevar hasta ocho o nueve años. Como los derechos no empiezan a regir hasta ese momento, cualquiera puede infringirla en el ínterin.
Esta protección provisional consistiría en “el derecho a exigir una indemnización razonable y adecuada a las circunstancias, de cualquier tercero que entre aquella fecha (de publicación de la solicitud) y la fecha de publicación del anuncio de la concesión de la patente de invención hubiera llevado a cabo una utilización de la invención que después de este período estaría prohibida en virtud de la patente”, reza el texto del proyecto. Lo que sostienen las semilleras es que si se terminan de aprobar estos maíces GA21, obtenidos sin licencia de quien solicita la patente, ninguna empresa querrá llevar adelante algún desarrollo en la Argentina hasta que no se le haya concedido la patente, con lo cual todas aquellas innovaciones patentables no tendrán lugar en nuestro país.
El proyecto reproduce el que en su momento presentara el ahora gobernador de San Juan, José Luis Gioja, un impulsor de leyes vinculadas con el agro, como la que restituyó la jerarquía institucional al Instituto Nacional de Semillas.
