Hoy viernes comenzó un paro total de actividades por parte de los trabajadores de las principales terminales portuarias de la provincia de Buenos Aires, tal como adelantó ayer Infocampo.com.ar.
La medida de fuerza rige por el momento en los puertos de Bahía Blanca, San Nicolás, Necochea y San Pedro. Pero en las próximas horas se adherirán los representantes de las terminales de Ramallo y Quequén.
‘El paro se va a ir extendiendo a todas los puertos porque se está acercando la fecha de votación del proyecto que pretende aumentar los impuestos’, advirtió hoy a Infocampo.com.ar Pablo Palacio, secretario gremial
‘Todas las actividades inherentes a los puertos se encuentran paralizadas por la decisión del gobernador’ (Scioli), señaló Palacio, para luego mencionar que ‘vemos que hay un alto grado de irresponsabilidad en no rever este impuestazo’.
La decisión de parar las actividades se tomó en respuesta al proyecto impulsado por el gobierno bonaerense ‘que ya tiene media sanción de
‘Habría que postergar el tratamiento por al menos 15 días más para poder abrir un espacio de diálogo que nos lleve a un acuerdo que evite el incendio de la provincia’, reclamó el sindicalista.
La nueva imposición tributaria también podría otorgar, en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, una mayor capacidad de pago relativo a compradores locales de granos (molinos, feed lots, compañías elaboradoras de alimentos balanceados, entre otros).
Se descuenta que el proyecto será aprobado la semana que viene en el Senado bonaerense. Al respecto, el dirigente gremial manifestó que ‘ya hemos comenzado a ejercer una fuerte presión sobre los senadores para que modifiquen o atenúen los impactos negativos que tendrá esta medida’.
Si bien el impuesto será pagado de manera directa por los exportadores, el mismo será transferido a los productores. Esta semana los valores ofrecidos por trigo disponible por molinos bonaerenses (la exportación está retirada del mercado hace meses) se ubican en un rango general 570 a 610 $/tonelada. Una tasa de 6,0 $/tonelada equivaldría a una ‘retención provincial’ de entre 1,0% a 0,9% sobre el precio bruto FAS.
En el peor de los escenarios, debido a que la nueva tasa de importación es tres veces superior a la de exportación ($ 18,0 versus $ 6,0), los exportadores podrían aplicar a los productores un descuento superior a $ 6,0 al hacer una suerte de ‘combo’ entre ambos tributos.
