Algunas provincias están estudiando la aplicación de tasas directas sobre el valor de los productos agrícolas; pero como estas se superpondrían con el impuesto a los ingresos brutos, se intenta darles el tono de regalías provinciales. Así lo afirmó Roberto Campi, presidente de la Sociedad Rural de Pergamino.
âQuienes defienden este proyecto legislativo, aducen que así como las provincias petroleras o mineras cobran regalías por los productos que se exportan, las agrícolas también tienen el derecho de hacerloâ, añadió Campi.
âSe incurre en un gran error al asimilar la producción agraria con la minería, ya que esta última extrae recursos de la tierra que no son renovables; ni el petróleo ni el carbón se cultivan, están en suelo y sólo basta extraerlos para ser comercializadosâ, indicó el dirigente agropecuario.
âLos productos agrícolas en cambio, si bien de alguna manera necesitan del suelo, son fruto del trabajo del hombre. Ni la soja ni el trigo ni el maíz prosperan si no son sembrados, fertilizados, protegidos de plagas animales y vegetales, y requieren una muy alta inversión del agricultor para lograrlos año tras añoâ, añadió.
âQuizás algún poco informado legislador, entienda que se pueden gravar los granos porque con ellos se van también nutrientes de los suelos, y esto si bien es cierto, no menos cierto es que si estos nutrientes no se repusieran, la producción no sería viable. Pensemos que hace más de cien años que se cultivan la mayoría de los campos productivos de nuestro país, y cada día producen más; no menos como debiera ser si fuera cierto que extraen nutrientes no renovables, sin reponerlosâ, apuntó Campi.
âLas rotaciones, la fertilización, y otras prácticas de manejo que se aplican a los procesos de producción de granos, hacen posible que éste sea sustentable a largo del tiempo, y si alguien tiene dudas al respecto, no tiene más que ver como el rendimiento unitario crece año tras añoâ, agregó.
âSeñores Legisladores, sería muy importante para todos, que usaran esta creatividad que tienen para recaudar más, para administrar mejor los fondos disponibles, usándolos para mejorar la salud, la educación, y la seguridadâ, concluyó.
