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El complejo oleaginoso lidera las exportaciones argentinas

La Argentina es el primer exportador mundial de aceite de soja y girasol. En los últimos 25 años, la industria aceitera se multiplicó por seis y representa 8,5% del empleo del país. La provincia de Santa Fe es el polo más importante porque presenta la mayor capacidad de molienda instalada en el país.

La Argentina es el primer exportador mundial de aceite de soja y girasol. En los últimos 25 años, la industria aceitera se multiplicó por seis y representa 8,5% del empleo del país. La provincia de Santa Fe es el polo más importante porque presenta la mayor capacidad de molienda instalada en el país.
infocampo
Por Infocampo

En los últimos años, el complejo oleaginoso se convirtió en el principal bloque exportador de la economía argentina, tras haber registrado un crecimiento sostenido en todos los puntos de la cadena y luego de haber recibido importantes inversiones.

Así lo indica el informe “Alimentos Argentinos II”, elaborado por Aacrea, en el que se analizan también cadenas, redes y clusters; investigación y desarrollo; calidad de vida e infraestructura de la población rural, entre otros temas.

Actualmente, la Argentina encabeza el liderazgo en las ventas externas de aceite de soja y girasol, producciones que fueron acompañadas por el auge industrial que se concentró en la provincia de Santa Fe y que para este año proyecta una ampliación de la capacidad instalada que permitiría procesar 39 M de toneladas anuales.

Sin embargo, este crecimiento encuentra barreras en la infraestructura. “En cinco años, los puertos del río estarían superados en lo que respecta a su capacidad de utilización, mientras los de mar se encontrarían al límite.

En la hidrovía, la principal limitante es la falta de calado navegable para los buques de mayor porte”, señala el informe de la entidad. La hidrovía concentra más del 80% de lo que se exporta en la Argentina, hacia numerosos destinos (sólo en el aceite de soja alcanzan unos 40 países y más de 60 en el caso de las harinas). La gran mayoría de las exportaciones sale desde Rosario, San Lorenzo y San Martín y paradójicamente, menos de Bahía Blanca y Necochea, que son los puertos de aguas profundas.

Sigue en aumento

El crecimiento de la industria aceitera entre 1980 y 2005 se multiplicó por seis: de 7 M/t en la campaña 1979/80 a 42,5 M en 2004/05, siguiendo la tendencia mundial de subas en el consumo. En la cosecha 2003/04, 75% de la soja y 95% del girasol producido en el país se destinaron a la molienda.

Mercado muy concentrado

La industria aceitera presenta características que la distinguen: una alta concentración del mercado, con gran regionalización en la ubicación y una amplia participación de firmas extranjeras en el mercado argentino. El 77% de la capacidad total de molienda se limita a sólo 6 firmas, que también concentran la exportación, con una participación de 86%. Estas empresas tienen una cantidad variable de plantas distribuidas en el país, principalmente en la provincia de Santa Fe, donde concentran el 82% de la capacidad total. En la localidad de General Lagos se encuentra la planta más grande del país.

La Argentina es el primer exportador mundial de aceite de soja y girasol. En los últimos 25 años, la industria aceitera se multiplicó por seis y representa 8,5% del empleo del país. La provincia de Santa Fe es el polo más importante porque presenta la mayor capacidad de molienda instalada en el país.
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Por Infocampo

En los últimos años, el complejo oleaginoso se convirtió en el principal bloque exportador de la economía argentina, tras haber registrado un crecimiento sostenido en todos los puntos de la cadena y luego de haber recibido importantes inversiones.

Así lo indica el informe “Alimentos Argentinos II”, elaborado por Aacrea, en el que se analizan también cadenas, redes y clusters; investigación y desarrollo; calidad de vida e infraestructura de la población rural, entre otros temas.

Actualmente, la Argentina encabeza el liderazgo en las ventas externas de aceite de soja y girasol, producciones que fueron acompañadas por el auge industrial que se concentró en la provincia de Santa Fe y que para este año proyecta una ampliación de la capacidad instalada que permitiría procesar 39 M de toneladas anuales.

Sin embargo, este crecimiento encuentra barreras en la infraestructura. “En cinco años, los puertos del río estarían superados en lo que respecta a su capacidad de utilización, mientras los de mar se encontrarían al límite.

En la hidrovía, la principal limitante es la falta de calado navegable para los buques de mayor porte”, señala el informe de la entidad. La hidrovía concentra más del 80% de lo que se exporta en la Argentina, hacia numerosos destinos (sólo en el aceite de soja alcanzan unos 40 países y más de 60 en el caso de las harinas). La gran mayoría de las exportaciones sale desde Rosario, San Lorenzo y San Martín y paradójicamente, menos de Bahía Blanca y Necochea, que son los puertos de aguas profundas.

Sigue en aumento

El crecimiento de la industria aceitera entre 1980 y 2005 se multiplicó por seis: de 7 M/t en la campaña 1979/80 a 42,5 M en 2004/05, siguiendo la tendencia mundial de subas en el consumo. En la cosecha 2003/04, 75% de la soja y 95% del girasol producido en el país se destinaron a la molienda.

Mercado muy concentrado

La industria aceitera presenta características que la distinguen: una alta concentración del mercado, con gran regionalización en la ubicación y una amplia participación de firmas extranjeras en el mercado argentino. El 77% de la capacidad total de molienda se limita a sólo 6 firmas, que también concentran la exportación, con una participación de 86%. Estas empresas tienen una cantidad variable de plantas distribuidas en el país, principalmente en la provincia de Santa Fe, donde concentran el 82% de la capacidad total. En la localidad de General Lagos se encuentra la planta más grande del país.

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