Rafael Delpech es un ingeniero agrónomo que desde siempre estuvo vinculado con la política. Llegó a ser secretario de Agricultura en la gestión Duhalde, en el interregno entre Miguel Paulón y Haroldo Lebed.
Hoy no está retirado de la política (se define como peronista no oficialista); en lo que hace a lo rural su actividad pasa por la administración de campos, cosa que hace desde su base en Tandil, más la producción de berries. Según él, estar libre de compromisos con el Gobierno y con las empresas, le permite expresar con libertad sus puntos de vista sobre la coyuntura. Los siguientes son los principales conceptos sobre la actualidad de la agenda del sector rural:
Política sectorial. “Se limita a la macro: un tipo de cambio alto ligado a retenciones, más un ordenamiento en el Senasa que desactivó problemas sanitarios y fitosanitarios. Pero las economías regionales están dando signos de cansancio, porque empeora la ecuación de costos e ingresos. Lo que hizo la macro fue generar una oportunidad para el agronegocio pampeano, que ayudado por un clima benigno pudo capitalizarla. El reequipamiento en maquinaria es un signo de la captura de esa oportunidad. Sin embargo, falta desde el Gobierno Nacional una definición del papel del sector agropecuario.”
Exportaciones cárnicas. “Hasta ahora pensábamos que la Argentina luchaba contra la fiebre aftosa para abastecer el mercado mundial, pero ahora parece que no era así. El objetivo pasa a ser abastecer el mercado interno, sobre la base de salarios nacionales. En vez de esto, habría que trabajar como el Uruguay, con siete u ocho cortes con precios definidos o máximos para el mercado interno y el resto exportarlo a precio internacional. Localmente, habría que apuntar a modernizar la comercialización, por medio del box beef o el desposte total en frigorífico, para llegar al consumidor de una forma más eficiente. El otro problema que existe es la falta de uniformidad de criterio entre los actores de la cadena: los frigoríficos consumeros no piensan igual que los exportadores.”
Regalías semilleras. “A fines de los 80, Carlos Buck trabajó fuerte para la recuperación del valor del mejoramiento vegetal. Con la creación del Inase en 1991 se comenzó a concretar eso y para 1994/95 se llegó a recuperar el 50% del área sembrada. Pero a partir de ahí comienza una caída que llega hasta el presente, por una serie de factores: el Inase no resulta eficiente en la función de control y fiscalización. Esto tiene que ver con su defecto congénito, de tener en el directorio a los sujetos de la fiscalización, es decir a los semilleros. Esto genera la situación perversa de que nadie quiere multarse a sí mismo y entonces no hay control. Con la aparición de la soja RR, el sistema colapsa, porque Monsanto estimuló la siembra; pero cuando se acordó de cobrar la regalía se dio cuenta que no había sistema de control y fiscalización. Por eso tomaron, erróneamente, el camino de las regalías globales, en primer término, y después la detención de los embarques en el exterior, lo que, creo, es una metodología que no se va a convalidar.”
Uso propio. “Durante los 90 la agricultura argentina sufrió una transformación profunda que desvirtuó el concepto con el cual se instaló la figura del uso propio. Aumentó la escala aunque eso no significa que la propiedad de la tierra haya cambiado de manos, pero está lejos del espirítu con el cual el legislador incorporó la figura de la excepción de la agricultura en la ley de semillas, en los años 70. El uso propio hoy está desvirtuado.”
Regalía extendida. “No existe. Es ilegal y las empresas que las llevaron adelante terminaron perdiendo los juicios y pagando a los que demandaban.”
GA21. “La excepción que dictó Agricultura parecería un exabrupto, que rompe con lo normado en materia de biotecnología. Pero mi visión es que no creo en el liberalismo puro y romántico. El Estado tiene que jugar un papel. Por otra parte, es llamativa la homogeneidad de los precios de la semilla de maíz, lo cual llevaría a pensar en una especie de cartelización del mercado.”
Plan ganadero bonaerense. “Las líneas de crédito de Fuerza Campo son interesantes, pero el plan debe centrarse en la alimentación y la sanidad, los dos pilares de la productividad de un rodeo. Comenzar por la inseminación a tiempo fijo no es lo mejor.”
J.P.P
