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El precio del ajo mejoró un 56%, pero dicen que no alcanza

Desde la Cámara de Productores, Empacadores y Exportadores aseguran que la caja de 10 kilos se vendió a 26 dólares y que exportarla les significó un costo de 24 dólares.

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Según publicó el Diario de Cuyo, el precio del ajo sanjuanino repuntó esta campaña un 56% -en promedio-, pero igual para la ecuación económica de los productores ese salto no terminó de cerrar las cuentas: se vendió sobre los 26 dólares la caja de 10 kilos y dicen que ponerla en el exterior les significó de costo 23,70 dólares, según precisaron desde la Cámara de Productores, Empacadores, Exportadores de Ajos y Afines.

Cuando falta apenas un puñado de semanas para finiquitar la comercialización, ya se vendió (principalmente a Europa) el 50% de las cabezas blancas locales, de una producción que en esta campaña rondó las 1.100 hectáreas (5 años atrás hubo el doble de superficie).

A decir de los ajos que se recogieron en las fincas locales, el faltante de agua conspiró una vez más contra el buen calibre de los bulbos, lo que decantó en un kilaje que no fue el mejor. Es que el tamaño define la franja de precio. Esta vez por uno de calibre ‘5’ se pagó hasta 18 dólares la caja; uno del ‘6’, 28 dólares y el más grande, de ‘7’, 33 dólares.

“Sería mentiroso si digo que el precio internacional es bajo, porque tal vez para un ajero de otra parte del mundo le redundó en un gran negocio, pero para nosotros que tenemos costos de producción altísimos, apenas que nos van a dar las cuentas y algunos perderán incluso plata al fin de la temporada”, comentó Javier García, presidente de la Cámara de Productores, Empacadores, Exportadores de Ajos y Afines.

Estas dos semanas que se avecinan serán claves para ubicar el ajo que resta comercializar y que esperan no se venda por debajo de los 24 dólares, para así poder “mantener el negocio”, dijeron.

De todas maneras, en la radiografía global, el sector ajero tuvo matices. Entre las buenas, la sanidad de los ajos (muy elogiada en el exterior) y saber que, tarde o temprano, la producción existente se ubicará en el exterior, atento a la buena demanda mundial que hay de esta hortaliza, marcaron el rumbo. Entre las malas, la mano de obra para levantar la producción fue muy poca y se cotizó; mientras que los insumos básicos se encarecieron, dieron otra vez la nota.

Cuando todo el ajo se levantó y por el momento la preocupación está en vender bien la producción, se encendieron algunas alertas para la campaña que viene y que están atadas a los costos de producción y la disponibilidad de agua: “Tenemos en claro que para no tener problemas hay que hacerse de un pozo de agua y bancarse los costos de usarlo, porque de lo contrario se va a sembrar menos ajo. El agua que viene en los canales es mínima en estas dos últimas campañas y no pinta que eso cambie”, apuntó García. En el último quinquenio no sólo se redujo la superficie cultivada con ajo, sino también la de cebolla y la de otras hortalizas, excepto el tomate que mecanizó el riego en buena parte de sus fincas.

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