Así lo destacó el vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Francisco Anglesio, según publica Télam.
Anglesio formuló esos conceptos durante el acto de asunción de Verónica Piñero como coordinadora nacional del programa, impulsado por el INTA y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
El plan, que ya lleva más de 20 años, cuenta con unas 350 mil huertas y unas 160 mil granjas, y beneficia a más de 3,5 millones de personas en todo el país.
Piñero, quien durante 10 años se desempeñó en Desarrollo Social como coordinadora de la región Centro en el Programa de Seguridad Alimentaria (que abarca a Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), anticipó que se buscará “facilitar aún más canales para que los beneficiarios del ProHuerta comercialicen el excedente”.
“El programa -agregó la funcionaria- ayuda a tener un mejor acceso a los alimentos, dieta balanceada y equilibrada, al tiempo que contribuye a la organización de proyectos especiales, que permiten por ejemplo un mayor acceso al agua”.
El desafío, sostuvo Piñero, “será encontrar la forma para que todas las organizaciones nos articulemos, llegar de manera conjunta al territorio y de esa forma tener una mirada integral de las problemáticas locales”.
Durante el acto se recordó que el ProHuerta cumple, además, un rol destacado a escala internacional, como se observa desde hace unos años en Haití, como aporte a los pobladores damnificados por el terremoto de 2010.
Piñero recordó que “el programa fue, inicialmente, un factor clave para garantizar el acceso a los alimentos sanos y variados a las familias que se encontraban en vulnerabilidad social”.
“Pero en la actualidad, en muchos casos los productores ya cuentan con un banco de semillas propio, con lo que pueden tener una mayor independencia”, concluyó.
