Las copiosas lluvias de las últimas semanas, principalmente en Buenos Aires y el Norte del país, fueron determinantes para que las zonas productoras de tomate se vieran afectadas y no pudieran levantar la producción, lo que derivó en una suba estrepitosa en este producto: en menos de 10 días, las verdulerías tacharon las pizarras y de 7 pesos el kilo lo pasaron a cobrar 14 pesos (en algunas hasta 16 pesos).
Según publicó Diario de Cuyo, tanto en la feria de Capital como en la de Rawson aseguraron que el precio irá bajando a medida que vaya ingresando el tomate sanjuanino pero que habrá que esperar “por lo menos unos 15 días”. La otra hortaliza que no escapó a estos avatares del clima fue la papa, que trepó su precio un 40%.
Las precipitaciones en Trenque Lauquen, 9 de Julio, Pehuajó y 25 de Mayo, todas ciudades del cordón hortícola de Buenos Aires, hicieron que las chacras quedaran anegadas -incluso hasta la fecha- y otras en que directamente perdieron su producción; y hubo un panorama similar las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero. Esto hizo que el cajón (por 18 kilos) desembarque en los puestos sanjuaninos a un valor de entre 120 y 150 pesos (al principio llegaron a tenerlo en 180 pesos); y de ahí a las verdulerías el salto fue aún mayor. “Acá hay que tener en cuenta que durante varios días no se arrancó casi nada de tomate y además hay muy pocas cámaras de frío en el país para colocar el tomate, y así termina habiendo un cuello de botella”, explicó Juan Carlos Godoy, capataz de la feria de Capital.
Ante esto, el tomate “florón” (le llaman así por sus manchas y es conocido también como “tempranero”) ya empezó a salir de algunas fincas locales e invernaderos, y es el que dicen va a equilibrar el precio: esperan se ubique en orden a los 80 pesos el cajón, lo que obligaría a los verduleros a bajarlo a valores cercanos a los 7 u 8 pesos. “Es una época donde suele ponerse caro porque es un momento de transición entre el tomate que viene del Norte y el de acá, pero lo que vino a complicar todo fueron estas tormentas en las zonas que en esta época abastecen al mercado nacional”, apuntó Miguel, puestero del mercado rawsino. Por el momento, en ambas ferias reconocieron que de la mano del aumento bajó la demanda, aunque esa ecuación no alcanzó para acomodar los precios por debajo de los dos dígitos. “El que viene a la feria lo termina llevando para que no le falte en su local pero a veces es más lo que termina tirando que lo que vende”, finalizó Godoy.