Entre las consideraciones mencionaron que el país se está posicionando en el mundo como centro olivícola. “Del duodécimo lugar que tenía como exportador de aceite de oliva, en los próximos años se va a ubicar en el quinto puesto y como exportador de aceitunas en conserva, en el segundo lugar”, remarcaron.
Asimismo destacaron que este impresionante crecimiento no ha ido acompañado con la creación de los correspondientes organismos de fiscalización. “En todas las rutas se vende aceite de oliva, de origen dudoso y sin ningún tipo de control sanitario. Si lo comparamos con el sector vitivinícola, vemos que existe un Instituto Nacional de Vitivinicultura que regula y controla el sector en todo el país, por lo cual, nadie roba uvas, no se vende vino adulterado. Sólo se comercializa en envases etiquetados y se realiza un estricto control de los vinos de traslado”, señalaron.
Agregaron que las aceitunas cultivadas en Mendoza dan origen al mejor aceite de oliva virgen extra del país, pero ingresan aceitunas provenientes de otras provincias para hacer cortes, que disminuyen la calidad de nuestro aceite. Con el agravante de que esas aceitunas ingresan en la provincia sin controles de plagas.
