Más de 200 feriantes participan de un espacio de intercambio de experiencias y capacitación en el Primer Encuentro de Ferias de la Economía Social, que se inició ayer en Azul, Buenos Aires. En la apertura, Francisco Anglesio, vicepresidente del INTA, destacó que “es fundamental articular entre todos los sectores del gobierno provincial, municipal y nacional”.
La reconstrucción de vínculos solidarios y un proceso de inclusión social, fueron claves en Azul para superar los índices de desocupación que dejó la crisis de 2001 en todo el país. Desde entonces el programa Pro-Huerta, convocado por la administración local, acompaña el trabajo de más de dos mil familias nucleadas en estas ferias a lo largo y ancho de la provincia, que fueron fundamentales en el proceso de recuperación de la comunidad.
El Primer Encuentro de Ferias es el corolario de muchos años de promoción de la actividad de los huerteros de la zona, mediante actividades de capacitación, difusión e intercambio que favorecen la incorporación de herramientas, insumos y tecnologías apropiadas para mejorar la calidad de sus productos, la continuidad de sus emprendimientos y la diversidad, preservando el medio ambiente.
Anglesio destacó que estos encuentros “ayudan mucho a nuestros artesanos, a que tengan la capacidad de saber desarrollar los stands, valorar sus productos y mostrárselo a la sociedad para que esté a disposición del público y podamos acceder a esta etapa de la comercialización que es tan importante”. En este sentido, aseguró que “es clave el apoyo que les ofrezcamos desde el Estado” y que “este primer encuentro de ferias debe ser replicado en otras localidades”.
Verduras frescas, aromáticas, dulces caseros, panes dulces y lactales, licores, prendas realizadas en telar, accesorios y herramientas, son sólo algunos de los productos que se pueden adquirir, pero todos con la premisa del agregado de valor.
Anglesio se refirió a la seguridad alimentaria y al trabajo que el INTA lleva adelante junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y, en este sentido, subrayó el rol de las huertas comunitarias y familiares. “Es fundamental porque hace a mejorar su calidad de vida y mejorar sus aptitudes”, señaló. Asimismo aseguró que, gracias al trabajo de 1.700 promotores, “la familia ha entendido que tiene una oportunidad de la mano del Pro-Huerta”.