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FAO pidió que la leche sea accesible a familias pobres

El organismo aseguró que es necesario ya que se trata de "un alimento clave para la nutrición".

infocampo
Por Infocampo

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) instó este martes a la comunidad internacional a facilitar el acceso de todo tipo de leches a las familias más pobres, por ser un alimento clave para la nutrición, según publicó AFP.

“La leche y los productos lácteos tienen un enorme potencial para mejorar la nutrición y los medios de subsistencia de cientos de millones de personas pobres de todo el mundo”, asegura un estudio de la agencia especializada de Naciones Unidas.

Titulado “La leche y los productos lácteos en la nutrición humana”, el estudio llama a los gobiernos a invertir más en programas para hacer que la leche y los productos lácteos estén disponibles para las familias pobres y las insta a producirlos en casa.

“Como parte de una dieta equilibrada, la leche y los productos lácteos pueden ser una fuente importante de energía alimentaria, proteínas y grasas “, señaló la experta en nutrición de la FAO Ellen Muehlhoff, coautora de la publicación.

“Sus micronutrientes son esenciales para luchar contra la desnutrición en los países en desarrollo”, explicó.

La FAO denuncia los elevados precios de la leche y los productos lácteos, ya que son “todavía demasiado caros para las familias más pobres”, advierte la publicación.

Se espera que el consumo de lácteos en los países en desarrollo aumente en un 25% en 2025 como consecuencia del crecimiento demográfico y de los ingresos.

“La leche y los productos lácteos seguirán probablemente fuera del alcance de los hogares más vulnerables”, lamenta la entidad.

La FAO invita a las instituciones a fomentar la producción lechera en pequeña escala de modo que los pequeños campesinos tengan dinero en mano para las necesidades inmediatas de su familia, como alimentos, artículos para el hogar, ropa y educación.

Actualmente unos 150 millones de familias -cerca de 750 millones de personas- se dedican a la producción de leche en todo el mundo, la mayoría de ellas en países en desarrollo.

Aunque el término “leche” se ha convertido casi en sinónimo de la leche de vaca, en diferentes partes del mundo se consume leche de otras especies.

El libro abarca la composición de la leche de otras especies lecheras importantes como búfalo, cabra y ovejas, y especies infrautilizadas hoy en la producción de lácteos, como el reno, alce, llama, alpaca, burro, yak, camello y mithun.

“Existe un amplio margen para el desarrollo de otras especies lecheras, en particular cabras, que son más fáciles de mantener que el ganado vacuno y aumentan significativamente el acceso a la producción láctea de las familias rurales pobres”, explicó uno de los expertos de FAO.

“En Sudamérica, por ejemplo, llamas y alpacas no han sido criadas históricamente por su leche, pero pueden suponer un recurso alimentario y económico valioso para las personas que viven en las zonas montañosas”, sugiere el estudio.

Las proteínas de la leche de “yegua y burro” puede ser adecuada para entre el 2 al 6% de la población alérgica a la leche de vaca.

La leche de renos y alces tiene una consistencia cremosa y es muy rica en grasas y proteínas, reconocen los autores del documento.

“Contiene menos de la mitad de la lactosa presente en la leche de vaca y puede proporcionar una fuente alternativa de productos lácteos para las personas intolerantes a la lactosa, afirma la publicación.

El libro también se ocupa de los problemas ambientales y de salud que han surgido en torno a la leche y los productos lácteos en los últimos años.

Para Muehlhoff, “muchos de los problemas de salud surgen sobre todo en los países desarrollados y no son tanto específicamente lácteos como relacionados con el consumo excesivo de alimentos ricos en calorías en general”, dijo.

La intolerancia a la lactosa, cuya frecuencia varía ampliamente entre poblaciones, también puede ser un problema, aunque la mayoría de las personas puede tolerar algunos productos lácteos como el yogur y los quesos curados.

El libro pide nuevas iniciativas de colaboración para hacer frente a los efectos ambientales del sector lácteo, que representa alrededor del 4% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano.

“Se requieren esfuerzos continuos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el sector”, advirtió Bennett.

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