En aplicaciones terrestres de herbicidas en base a metsulfuron metil, para tratamientos de barbechos químicos previos a la siembra de trigo, existen algunos puntos a tener en cuenta para una aplicación más efectiva.
El objetivo final del barbecho es controlar las malezas, y acumular agua y nutrientes, para que sean aprovechados por el cultivo posterior.
El Ing. Agr. Rubén Massaro, de INTA Oliveros, explicó que uno de los aspectos a cuidar es el orden de carga en el tanque de los productos. El profesional destacó que cuando se utilizan varios productos al mismo tiempo en el caldo, y no se cargan en orden, la aplicación puede resultar desuniforme, por decantación del producto en la parte inferior.
Para realizar este procedimiento en forma ordenada, luego de cargar por lo menos hasta la mitad el tanque del pulverizador con agua, se deben agregar las suspensiones, los concentrados, los coadyuvantes, y finalmente los aceites.
Otro punto es la agitación insuficiente del caldo en el tanque del pulverizador. Por tratarse de polvos mojables, Massaro explicó que se genera una mezcla de tanque que es una suspensión, que requiere una agitación permanente. ‘Cuando es insuficiente, las partículas sólidas del formulado se depositan o decantan en la parte inferior’, señaló.
De este modo, el caldo primero saldrá con sobredosis, luego con dosis normal, y finalmente con subdosis.
El contacto prolongado del formulado con el agua tiene como consecuencia la degradación del mismo. Luego de la aplicación, no es aconsejable que la mezcla permanezca en el tanque.
Un punto que siempre debe corregirse a la hora de realizar aplicaciones es la superposición parcial entre pasadas. Massaro explicó que esto ocurre cuando los picos son colocados en cada extremo de la barra y se pulveriza hacia afuera, o hacia el costado, para evitar que quede superficie sin tratar.
‘Si bien puede cubrir una zona no tratada, puede superponerse a una franja ya mojada, y se duplica la dosis en forma innecesaria’, expresó.
En cuanto a las boquillas, el profesional destacó que las boquillas de abanico plano de aire inducido (AI) permiten, por la ausencia de deriva, alcanzar un mayor impacto con menor volumen, en comparación con las boquillas de abanico plano (AP).
La elección de pastillas debe complementarse con una presión adecuada de trabajo. Una alta presión, sumada a pastillas de orificio bajo, provoca una nube de gotas pequeñas, que derivan y no llegan al blanco.
“Los herbicidas aplicados al suelo no requieren gotas pequeñas, se pueden lograr un buen control con gotas medianas o grandes”, destacó Massaro.
Por último, hay que recordar que la cabecera de lote es donde más producto se acumula. Este efecto, según señaló el profesional, puede disminuirse estableciendo una “línea de corte”, cuando la pulverizadora se acerca a la cabecera. Esta línea debe calcularse previamente, para dejar una franja cabecera que se tratará al finalizar el lote.
(Artículo publicado en la edición de esta semana Infocampo Semanario)