Continúa la polémica entre los semilleros nucleados en ASA y el Instituto Nacional de Semillas. Sucede que en 2005, este instituto envió a 12.100 productores de soja un requerimiento sobre el origen de la semilla de soja que utilizaron en sus campos, en la campaña 2004/05.
De ese total, 7.960 contestaron, mientras que el resto (34%), no. El caso es que el Inase analizó 5.000 de las respuestas recibidas, tras lo cual concluyó que casi el 74% de los productores justificaba el uso legal de simiente, ya sea porque la producción la habían realizado exclusivamente con semilla fiscalizada (comprada), con semilla de propia producción (uso propio, autorizado por Ley 20.247) o por una mezcla de ambas.
Lo cierto es que ese 74% de productores suman una superficie de 2,4 millones de hectáreas, es decir el 16% del área sembrada en esa campaña. En su momento, los semilleros habían criticado al Inase, cuando hacia fin de 2005 difundió resultados a partir del análisis de unas 800 respuestas. El argumento era que se trataba de muy pocos casos, considerando el volumen de requisitorias enviadas.
Por eso ahora, y justo después de que los semilleros emitieran un comunicado diciendo que “el Inase no tiene rumbo”, desde ese instituto dan a conocer el resultado de estas 7.000 respuestas, que arroja un uso de semilla fiscal del 74%, lo cual contradice las aseveraciones respecto de que el mercado estaría dominado por la semilla ilegal, conocida como “bolsa blanca”.
Sin embargo, si se asume que aquellos que no contestaron la requisitoria del Inase lo hicieron porque no podían justificar el origen legal de la semilla, los números cambiarían, reduciendo los porcentajes. Otro aspecto que se podría criticar, que no está aclarado en el documento, es con qué criterio se seleccionaron las 5.000 respuestas analizadas.
En tanto, y vinculado a la nueva conducción que asumirá en el Inase (José Luis Russo presentó formalmente su renuncia), los semilleros expresaron que el nuevo presidente debería ser “un profesional con conocimientos técnicos probados en temas específicos agrícolas”, lo cual en buen romance querría decir que prefieren a un ingeniero agrónomo, a un profesional de otras ramas del conocimiento, por caso el derecho.
Se espera que esta semana se formalice la asunción de una nueva conducción, que como anticipó Infocampo el jueves pasado, provendría de la Federación Agraria.
Memoria y balance de lo actuado
La conducción de José Luis Russo dejó, a modo de despedida, un informe donde se sintetiza lo actuado en 31 meses de gestión del Inase.
Se destaca la normalización de la Comisión Nacional de Semillas; el anteproyecto de ley para un sistema de regalías globales; otro para la adhesión al convenio Upov 91 y un tercero que pretendía acotar el derecho al uso de la semilla de propia producción. También se destaca la coordinación nacional de la Red Nacional de Ensayos de Trigo.
Pero uno de los puntos más resaltados fue la puesta en marcha del proceso de regionalización, que volcó el trabajo del organismo hacia el interior del país.
El Inase manejó en 2005 un presupuesto de $9,1 millones y una plantilla de personal cercana al centenar.
Lo que aún resta es la constitución del directorio, previsto por ley.
