John Deere es sinónimo de mecanización agrícola, aunque sus inicios se remonten a los diseños de arados que el fundador de la compañía realizaba en los Estados Unidos hacia 1837.
Ciento setenta años después, John Deere es una poderosa marca global que genera fidelidad entre los agricultores del mundo, como pueden ser Ford o Chevrolet en materia de autos.
Con su sede en el estado de Illinois, la empresa facturó en el último ejercicio u$s24.082 millones, de los cuales u$s12.121 (la mitad) correspondieron a su unidad de maquinaria agrícola.
El otro 50% se divide entre la unidad de negocios de maquinaria para la construcción y la forestación, la unidad de equipos comerciales y para consumidores y la unidad financiera.
Las principales regiones comerciales para la empresa son América del Norte, América del Sur, Europa oriental y Asia.
En el caso de Sudamérica, Brasil constituye la principal base de operaciones. Allí la compañía posee tres fábricas, una de cosechadoras de caña de azúcar en el estado de Goiás, otra recientemente inaugurada de tractores cerca de Porto Alegre y la impresionante fábrica de Horizontina, también en Rio Grande do Sul, donde se fabrican cosechadoras, tractores y sembradoras, en una planta de 118.000 m2 cubiertos, donde trabajan 2.500 empleados.
En la Argentina, la compañía está cumpliendo este año su primer medio siglo de vida. Arrancó en 1958 con la instalación de su fábrica en Granadero Baigorria, cerca de Rosario, donde hoy se están produciendo motores y partes de equipos, como componentes de la transmisión.
La posición de la compañía en la Argentina es muy fuerte en cosechadoras y tractores. En el primer caso tiene el liderazgo en ventas, mientras que en tractores es sólo superado por la suma de las marcas de Agco (Massey Ferguson y Agco Allis), aunque gana en el mano a mano con cada una.
Ambos tipos de productos son importados desde Brasil y los Estados Unidos. Los motores y las partes fabricadas en Rosario se envían a la fábrica de Brasil y vuelven a la Argentina incorporados a los equipos.
En el exigente mercado local de la maquinaria se le reconoce a John Deere la capacidad para anticipar tendencias.
Así, se menciona el lanzamiento de los equipos forrajeros cuando en la Argentina comenzaba a intensificarse la ganadería, o su cosechadora 1185 cuando incorporaron un sacapaja más y actualmente la incorporación del sistema axial -un sistema típico de equipos de gran capacidad de trabajo- a cosechadoras medianas.
También se le reconoce su servicio de posventa, un aspecto clave en la competencia por las preferencias de productores y contratistas.
En este último año apostó al lanzamiento del plan de ahorro previo. Volviendo al plano global, la facturación de la compañía vienen expandiéndose al ritmo de la creciente rentabilidad del agro.
En América del Sur las ventas se incrementaron 10 a 15%, al igual que en los Estados Unidos y Canadá, y la expectativa para el ejercicio 2008 es que la facturación global de la unidad agro se incremente 17 por ciento.