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La falta de inversión limita la competitividad del agro

En un libro publicado por Aacrea, se hace un balance de la competitividad del agro, a través del cual queda plasmada la baja inversión que el país realiza en el sector. Las entidades que más invierten son el INTA y las facultades.

En un libro publicado por Aacrea, se hace un balance de la competitividad del agro, a través del cual queda plasmada la baja inversión que el país realiza en el sector. Las entidades que más invierten son el INTA y las facultades.
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Por Infocampo

La Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), realizó un informe que fue plasmado en el libro Agroalimentos argentinos II, elaborado por el área de economía de la asociación, donde se explica que “la competitividad del agro está en riesgo por falta de investigación”.

En este sentido, se indica en la publicación que “la compañía norteamericana Monsanto destina a investigación y desarrollo fondos que son cinco veces superiores a los que emplea la Argentina para el mismo propósito en el sector agropecuario, entre el gasto público y privado”.

También se nombran a otros países, como por ejemplo Australia, que si bien cuenta con un Producto Bruto Agropecuario menor que el argentino, destina unos u$s54 M sólo a una institución nacional de investigación científica: la Plant Industry de CSIRO.

En cuanto a la inversión realizada en la Argentina, tanto a nivel público como privado en investigación y desarrollo alcanzó unos u$s523 M en el 2003, total del cual apenas 18% -u$s 94 M- fue destinado a investigaciones agropecuarias. Representa 0,55% del Producto Bruto Agropecuario local.

Las dos entidades que más repercusión poseen dentro del sector son el INTA, con aproximadamente 60% del gasto, y las facultades, con 34 por ciento.

Mientras que en contraste a tal conteo, en el 2003 los fondos invertidos a nivel mundial en investigación y desarrollo por Monsanto fueron de u$s500 M, Syngenta destinó en ese mismo año u$s730 M, y Bayer CropScience invirtió u$s560 millones.

Es en este contexto que Teodoro Zorraquín, técnico miembro de Aacrea, indicó que “queda claro que el total destinado al sector agropecuario en la Argentina es bajo”.

Al mismo tiempo, los últimos datos disponibles pertenecientes a balances realizados en el 2003, dan como resultado que la Argentina cuenta con 1,7 investigador equivalente a jornada completa por cada 1.000 integrantes de la población económicamente activa.

Si se compara el gasto por investigador en el sector agropecuario entre países y organismos, se observa una limitante muy grande para los profesionales argentinos abocados a mejorar la competitividad del sector agroindustrial local.

Dato curioso

La evolución de las publicaciones científicas registradas por el CAB Internacional, una base de datos que recopila trabajos publicados en todo el mundo sobre la mayoría de los aspectos de las ciencias agropecuarias,

indica que desde 1990 hasta el 2002 Brasil aumentó sus publicaciones respecto de la temática agropecuaria de manera relevante; en cambio, la producción de trabajos argentinos se mantuvo estancada “tomando la publicación de artículos como medida de la producción científica”.

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