En el día de ayer, María Alejandra Bonafini, hija de Hebe, declaró ante el Juez Oyarbide respecto a las acusaciones de Sergio Schocklender respecto al desvío de fondos de Madres de Plaza de Mayo, e intentó justificar los movimientos en su patrimonio durante los últimos años. Negó haber gestionado subsidios oficiales, pero quedó imputada como miembro de la asociación ilícita que lideraban los hermanos Schocklender y el contador Alejandro Gotkin.
Según informa Clarín, María Alejandra Bonafini está imputada por la venta de un semipiso en la calle 44 a la empresa Meldorek, de Sergio Schoklender. La propiedad tenía un precio de mercado de 120 mil dólares, pero los compradores pagaron apenas 25 mil.
En su defensa, Alejandra Bonafini se remitió a un escrito que habían presentado sus abogados a mediados de abril pero que se hizo público recién ayer. Allí, dijo que no sabía que la empresa constructora tenía relación con el ex apoderado. Además, aseguró que la empresa, a través de la secretaria de Schoklender, Patricia Alonso, quien ayer se negó a declarar, ofreció un precio similar al que se pedía a través de una inmobiliaria.
Respecto a las investigaciones que la Justicia realiza respecto a movimientos sospechosos en dos cuentas a su nombre en el Banco Francés (con transferencias de 79 mil pesos, y depósitos que rondan los 50 mil), declaró que tenía una “capacidad de ahorro considerable” porque vivió “casi veinte años” con su mamá y alquilaba su departamento.
Mientras tanto, en su ronda habitual, Hebe de Bonafini mostró su apoyo incondicional, junto a miembros de Madres de Plaza de Mayo.

