Es un hecho que el turismo rural se ha venido incrementado en las pampas bonaerenses. Sin embargo, apenas una pequeña porción del importante caudal de ingresos derivado de esta actividad llega directamente a los habitantes de los pequeños poblados rurales. Generalmente, las mayores ganancias quedan en manos de los emprendimientos privados que lícitamente apuestan al rubro a partir de la construcción de hospedajes, cotos de caza, acondicionamiento de estancias o formulación de recorridos turísticos.
Muchas de estas actividades se desarrollan también en conjunto con las comunidades en donde se insertan estos emprendimientos. Pero en La Niña, una pequeña localidad rural del partido de 9 de Julio, funciona desde el 2001 una red de hospedaje con capacidad para más de 100 turistas que se alojan directamente en casas de familia, lo que permite un ingreso directo a los habitantes.
“A diferencia de los alojamientos en estancias privadas, acá todo se comparte. El turista se siente parte de la casa y de la comunidad”, señala Rodolfo Martínez, delegado municipal de La Niña. Quienes brindan este alojamiento familiar son generalmente matrimonios que viven solos y cuyos hijos se han ido a las grandes ciudades.
El presidente de la “Asociación de Turismo La Niña Pueblo Rural”, Ricardo Gallo Llorente, explica que “estas familias lograron vencer el temor a lo distinto, acondicionaron mínimamente sus casas, y se han acostumbrado tanto a recibir turistas que aseguran que no pueden vivir sin tener visitantes”. Incluso, cada familia tiene su propia clientela: los turistas suelen venir varias veces al año a descansar al mismo hogar, y recomiendan la casa a familiares y amigos.
Milva Beloso
Especial para Infocampo
