Hasta junio de 2008 sólo el 21% de la lana se exportaba como sucia (sin proceso de industrial). El resto se vendía al exterior peinada (79%) y lavada (20%).
Desde mediados del último año, sin embargo, el agregado de valor de la lana se fue a pique. “Hoy, el negocio es exportar lana sucia, sobre todo a Uruguay, donde le agregan valor para, luego, venderla al exterior”, explicó el vicepresidente de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro, Edgar Contín, en diálogo con Infocampo.
Frente a esta situación, los lavadores y peinadores salieron a pedirle protección al gobierno nacional. Para ellos, la solución pasa por profundizar la brecha actual de 5 puntos porcentuales entre los derechos de exportación de la lana sucia, y de la peinada y procesada.
En relación a este pedido, Contín señaló: “Somos conscientes de que los lavadores y peinadores están en una situación muy difícil, pero nos oponemos que sea nuestro sector quien soporte esta mayor carga tributaria”.
Los productores, por el contrario, apuntan a que el Gobierno elimine las retenciones a las lanas peinadas y lavadas. “Eso nos beneficiaría a todos”, destacó Contín.Los productores no son los que absorben el costo del peinado y lavado de la lana porque, en general, venden sus producciones en sucio a las empresas exportadoras.
Éstas se encargan del procesamiento y del pago de las retenciones. Sin embargo, explicó Contín, ‘la suba de los derechos de exportación no nos es ajena porque los exportadores nos descuentan el pago de las retenciones del precio final que nos abonan por nuestra lana”.
Mientras tanto, los gobiernos patagónicos siguen impulsando la prórroga de la Ley 2.022, sobre recuperación del sector ovino. En seis años de vigencia, la norma permitió que la población ovina se incrementara en más de 3 millones.
(nota publicada en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
