En momentos en que los 27 miembros de la Unión Europea realizan análisis para detectar la presencia de carne de caballo en productos que contienen oficialmente carne vacuna, el gobierno francés autorizó a Spanghero a reanudar una parte de su actividad, que había sido totalmente bloqueada el jueves al retirársele la licencia sanitaria.
La decisión del gobierno, en nombre del principio de preocupación, fue sumamente criticada por los 300 empleados de la empresa, que denunciaron una “condena a muerte” de la misma.
Después de analizar la mayoría de las carnes almacenadas en su fábrica del sur de Francia, las autoridades decidieron que Spanghero puede reanudar la producción de carne molida, salchichas y platos cocinados, indicó a la AFP el ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll.
En cambio, se mantiene la prohibición sobre el almacenamiento de materias primas congeladas, el sector eje del escándalo.
Las autoridades franceses siguen prohibiendo pues a la empresa ejercer como negociante de carne a raíz de las sospechas de cambio de etiquetas. El ministerio de Agricultura confirmó el lunes que “se habían modificado etiquetas sanitarias”.
Le Foll indicó que los resultados completos de la investigación que se está realizando en las reservas de carne de la firma estarán disponibles el viernes.
Pero agregó que las autoridades tienen elementos suficientes ya para restablecer una parte de la licencia de actividad de la empresa.
La firma, situada en Castelnaudary (sur), fue acusada de saber pertinentemente que lo que vendía como carne vacuna era carne de caballo. Sus directivos negaron el viernes ser responsables del fraude.