No sólo de precio vive el trigo. El arranque de la campaña cerealera 2008/09 enfrenta un panorama bastante complicado por la restricción hídrica presente en muchas regiones productivas.
Las zonas más deficitarias en contenido de humedad se localizan en las áreas agrícolas de las provincias de La Pampa; norte de Santa Fe; norte y sur de Córdoba; Entre Ríos, y en el sudoeste y sur de Buenos Aires.
‘También son necesarios refuerzos (aunque menores) de agua en el sudeste de Córdoba, centro-sur de Santa Fe y en el sudeste de Buenos Aires’, indicó el último informe de evolución de cultivos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
‘La ventana de siembra de las variedades de ciclo largo se va achicando y las perspectivas de lluvias no son muy alentadoras. Si bien las coberturas en el contexto nacional se concentran mayoritariamente en los meses de junio y julio, los reportes iniciales reflejan una probable disminución en la siembra nacional tentativamente calculada en un 8,0%’, añadió.
El Indice de Precipitación Estandarizado (IPE), elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional, que cuantifica las condiciones de déficit o exceso de precipitación (sin considerar las temperaturas ni las variables del suelo), muestra ambientes secos para los próximos tres meses.
‘Escapan a estas consideraciones las provincias del NOA, que recientemente iniciaron las siembras, por contener buen contenido de humedad edáfica. Tucumán avanzó aceleradamente y en menor medida Salta y el noroeste de Santiago del Estero; también se concretaron algunas coberturas en el norte de Córdoba’, apuntó la Bolsa de Cereales.
Con esto, la entidad prevé que a nivel nacional se implantó a la fecha el 1,60% de la intención prevista para 2008/09, estimada en 5,0 M/hectáreas, lo que equivale a la mitad de lo sembrado a igual fecha del año anterior.
En tanto, el informe GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario ‘que registra la situación en la zona núcleo argentina’ indicó que ‘siguen ausentes las típicas recargas de otoño’ para el trigo y que ‘las distintas zonas muestran una posición de intención de siembra diferente según su diferencial régimen de precipitaciones y capacidad de retención de suelos’.
‘Por ejemplo, en Pergamino, con 20 milímetros se puede encarar la siembra de trigo, pero en otros lugares el mayor riesgo climático impediría la implantación con esos mismos 20 milímetros’, añadió.

