En el norte de Buenos Aires, la campaña maicera viene difícil: la fuerte seca de fines de diciembre y principios de enero pegó justo en la floración, el momento más crítico del cultivo.
En una jornada a campo realizada el martes 7 de marzo en el establecimiento La Fe, en San Antonio de Areco, el técnico de la agencia del Inta, Fernando Mousegne, explicó que entre el 25 de diciembre y el 9 de enero se llegó al punto de marchitez permanente o sea cuando las plantas ya no tienen más agua libre en el suelo para absorber.
¡§En la zona, calculo que los promedios van a ir de 3.000 a 5.000 kg/ha¡¨, dijo Mousegne. ¡§Incluso, algunos potreros se pastorearon¡¨, agregó.
Sin embargo, los ensayos comparativos de rendimiento que el Inta lleva en este campo demostrativo se van a ubicar entre 5.000 y más de 7.000 kg/ha. Entonces, ¿por qué esta diferencia?
Por un lado está la genética. Hay híbridos como el AX 820 que tienen una ventana más amplia para el llenado de grano, lo cual le permite compensar rinde frente al estrés.
Otros materiales, como el Mass 477 de Dow, tienen una espiga de crecimiento indeterminado, que permite que, si hay condiciones favorables, se formen más granos. A simple vista parece que no hubiera ¡§llenado bien¡¨, pero como dijo el técnico a cargo de la presentación ¡§lo recomendable es que la espiga no esté completamente llena¡¨.
En líneas generales, todos los materiales tienen menos fallas de polinización; por otra parte, como los semilleros están seleccionando en condiciones de alta competencia, los materiales son más estables que antes.
¡§Esta misma seca, veinte años atrás hacía un desastre¡¨, decía Mousegne. Y el mejor ejemplo de que las cosas han cambiado es el productor Gustavo Miroglio, de San Andrés de Giles. Él siembra unas 800 ha y ya comenzó a trillar los primeros lotes: 8.000 kg. Nada mal para lo que fue el año.
Ahí aparece la otra parte del porqué se puede llegar a estos rindes: el paquete tecnológico.
La gente de Nitragin presentó una novedad que se lanzará comercialmente durante el año para la campaña 2006/07, la inoculación en maíz.
Al igual que en la soja se trata de bacterias, pero en este caso del género Azospirillum, que mejoran la absorción de agua y nutrientes. El producto viene en formulación líquida y contiene moléculas que facilitan la acción de los microorganismos.
Los ingenieros agrónomos que trabajan con esta tecnología observan diferencias de rinde de entre 5 y 10%. En La Fe ya están midiendo mayor masa de raíces en las plantas inoculadas, lo cual significa mejor adaptación a las condiciones de estrés.
O sea que en el futuro, a la hora de plantar maíz habrá que hacer el mismo trabajo que con la soja: inocular.
Al mismo tiempo, la compañía analiza lanzar al mercado un producto para ¡§pelletear¡¨ la semilla de maíz. La idea es mejorar la protección y asegurarse no sólo una buena emergencia, sino un buen desarrollo.
Por último, se pudo ver que lo que se viene en oferta de eventos (traits) en maíz: las semilleras están sacandos sus híbridos en versiones Bt (con distintos genes, incluido el novedoso Herculex), resistencia a imidazolinonas (Clearfield) y resistencia a glifosato (RR).
