Con apoyo de los tres pilares fundamentales, genética, biotecnología y prácticas agronómicas, las cuales aportan al rendimiento de manera diferencial, Monsanto quiere duplicar los rendimientos de maíz,soja y algodón.
Dentro de esta terna, la biotecnología es la que generará la mayor contribución al rendimiento, seguida por la genética y luego el manejo. En la última campaña, y como resultado de un ensayo realizado en 25 localidades, lograron un plus de rendimiento en buenos y malos ambientes con la aplicación de tecnología.
Este extra es de un 12% en los peores ambientes y de 7% en los mejores. El representante de Tecnología, Alberto Bongiovanni, y el director de Asuntos Corporativos para Amércia latina, Pablo Vaquero, fueron los responsables de presentar los objetivos para los próximos 20 años.
En la edición 2010 de las Unidades Experimentales Dekalb de Alta Producción (Uedap) se observó la estabilidad del maíz en precosecha y cómo la genética actual de la compañía maximiza los rendimientos en distintos ambientes.
Para ello recrearon a campo cuatro ambientes experimentales diferentes. Estos ambientes surgieron de un barbecho largo y otro corto (con antecesor soja y trigo, respectivamente) y de dos niveles de fertilización (con y sin fertilizante).
Se manejó el mismo híbrido en DK 747 con idéntica tecnología en todos los ambientes. Los resultados obtenidos permiten concluir que la tecnología funciona hasta en los peores ambientes, y de esta manera ayuda a quitarle estrés al cultivo.
Esta es una de las bases para disminuir en un futuro la diferencia entre lo alcanzable y lo potencial. “Debido a que le vamos quitando estrés a la planta, y le sumamos mayor eficiencia, los breeders de la compañía se encuentran trabajando en elevar la densidad de plantas/ ha”, sostuvo Bongiovanni.
Ya hay variedades precomerciales que mantienen estabilidad de rendimientos con 85.000 plantas logradas por ha, lo cual produce un salto muy amplio respecto de las 72.000 a 74.000 logradas actualmente. Vaquero comentó que la mejor arquitectura de planta es lo que permite una mejor distribución de radiación en el canopeo, y por ello se minimiza la competencia entre plantas.
En la medida que los materiales ganen más resistencia, luego se agregará la mayor utilización del nitrógeno y la resistencia a sequía. De esta manera, la finalidad será producir más energía y proteína en la misma superficie, elevando la eficiencia de utilización de agua.
En el marco de la Uedap también hubo lugar para anticipar las próximas tecnologías en el cultivo de maíz.
Para la nueva campaña ya estará disponible la tecnología VT Triple Pro (en este momento en proceso de aprobación por organismos regulatorios), híbrido que agrega la resistencia a insectos que atacan la raíz, como diabrótica. Este nuevo evento estará disponible en DK 190 y 747.
Esta campaña está en proceso, la aprobación de la entrada a la Unión Europea de la nueva semilla modificada. A su vez, uno de los mitos que los técnicos demostraron abatido es la mayor estabilidad de la soja frente al maíz.
La última campaña comprobó que los maizales en zona núcleo alcanzaro los 80 qq/ha, mientras que la soja de primera apenas llegó a las 20 qq, en los mejores casos. Como las nuevas variedades de soja tienen su período crítico igual que el maíz, al momento de sufrir las restricciones hídricas el maíz se comportó mejor. De esto también ha dado cuenta la buena genética del cereal.
También se encontraban sembrados dos lotes apareados de soja de segunda y de maíz de segunda. El ensayo fue implantado el 6 de enero; las diferencias a favor del maíz eran notorias.
En conclusión, destacó Bongiovanni, un maíz de segunda se puede manejar tecnológicamente como uno de primera.Adelantaron, en los próximos dos años, el lanzamiento de un material con 8 genes de resistencia, que se denominará “Ocho”. Este material está en proceso de aprobación en la Fonavi y Senasa, y tendrá 4 genes de resistencia a herbicidas y 4 a insectos. Esta tecnología está en vías de desarrollo junto a Dow.
Uno de los aspectos que la compañía está teniendo en cuenta para la comercialización de esta semilla es su valor comercial
El valor de la semilla estará dado por el peso de la tecnología. Y aunque no se generará un híbrido con una única resistencia que combata una única problemática, sí habrá para una zona agroecológica un conjunto de genes.
De esta manera, el valor de la tecnología sera menor si el peso de la tecnología también es menor. Finalmente, sobre el mismo germoplasma de “Ocho” se aplicará la resistencia a sequía y luego, la mayor eficiencia en el uso del nitrógeno.
Nota publicada en la Edición de hoy del Semanario Infocampo
