Roberto Fontanarrosa murió hoy en Rosario, su ciudad natal, debido a una esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad enfrentada desde 2003.
La noticia de su muerte recorrió todo el país, pero conmocionó en particular a Rosario, dado que “el negro” Fontanarrosa era un referente cultural muy querido en la ciudad santafesina.
Sus trabajos tienen el sello de la sensibilidad popular, una cualidad que lo llevó a escribir sobre diversos temas relacionados con la vida cotidiana. Su imagen recorrió el mundo al realizar una presentación sobre las malas palabras en el Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Rosario en 2003.
“Hay palabras de las denominadas malas palabras que son irreemplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o sonsa que es un pelotudo”, dijo, ante la risa generalizada del público, durante el Congreso de la Lengua
Roberto Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944 y desde chiquito fue el “negro” y canalla, hincha fanático de Rosario Central.
Abandona la secundaria en tercer año, pero recién en 1968 publica su primer chiste que aparece en la revista Boom. En homenaje al triunfo del club de sus amores, Fontanarrosa escribe el cuento “19 de septiembre de 1971”, que es incluido en un libro publicado por Ediciones de la Flor mucho más tarde.
Ese mismo año, el Negro crea un personaje en la revista Tinta que luego se convertirá en Boggie el aceitoso.
Este e Inodoro Pereyra (el renegau) alumbran en Hortensia, la revista de humor cordobesa. En 1973 de la mano de Caloi entra al diario Clarín, trabaja en la revista Satiricón y en la flamante Mengano. Y al año siguiente Ediciones de la Flor publica la primera compilación de las aventuras de Inodoro Pereyra y le sigue Boggie, el aceitoso. Ambos personajes perduran a través de los años. Y los acompañan la Eulogia y el Mendieta en la revista Viva del diario Clarín.
Pocos como Fontanarrosa tuvieron el privilegio de instalar desde el humor tantas frases chispeantes en el breviario popular. El latiguillo “mal pero acostumbrado” con que Inodoro Pereyra inicia cada conversación es tal vez el más exitoso, pero también están el “negociemos, don Inodoro”, del Mendieta, eterno acompañante de ese personaje gaucho.
“Soy modesto p`al esfuerzo”, solía declarar Inodoro Pereyra para confirmar aquel mote hernandiano sobre el gauchaje “vago y malentretenido”.
Y no menos popular fue el lacónico “sheet” con que el inolvidable “Boogie, el aceitoso” solía emitir en el último cuadro de la tira humorística que el dibujante publicó durante tantos años. Fontanarrosa conoció a Les Luthiers a principios de la década del 80 y comienzó a trabajar con ellos como asesor creativo.
En esos años apareció su primera novela “Best Seller” (1981) y luego “El área 18”, “No sé si he sido claro”, “Nada del otro mundo”, “Uno nunca sabe”, “El mayor de mis defectos”, “La mesa de los galanes”, entre otras compilaciones de relatos.
En 1985 De la Flor publica su novela “La Gansada”. Ya en los 90, El Negro viajó a Estados Unidos contratado por Clarín para comentar el Mundial de Fútbol de la selección argentina: lo que da pie para que aparezca Doña Rosa, una mentalista que predice los resultados. Para mediados de la década, Inodoro cumple 25 años.
La editorial Sudamericana publicó “No te vayas, campeón. Equipos memorables del fútbol argentino” y se estrena la película “Una historia de tango”, cortometraje dirigido por Hernán Vieytes, basado en una historia original de Fontanarrosa.
Se publica, en Buenos Aires, “Te digo más… y otros cuentos” y “Usted no me lo va a creer y otros cuentos”. “Soy fundamentalmente un dibujante, con lo cual más de uno se preguntará âqué hace este muchacho en esta mesaâ.
Recibió su tercer premio Konex, al tiempo que es distinguido por universidades, instituciones internacionales y el Senado de la Nación, que en 2006 le entregó la Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento, en reconocimiento a su trayectoria y aportes a la cultura argentina.
En Buenos Aires, se estrenó otro mediometraje de Benjamín ladro, “Tomalo con calma”, basado en su cuento “Mamá”.
Y aparece “El rey de la milonga y otros cuentos”. En enero de este año fue premiado por sus pares en el Festival de Cartagena (Colombia) y anunció su decisión de dejar de dibujar sus historietas, debido a que ha perdido el control de su mano derecha pero continúo urdiendo sus historias que ya están inscriptas en el acervo cultural argentino.
Los restos de Fontanarrosa serán velados en Rosario y el gobierno de la provincia de Santa Fe decretó jornada de duelo por el fallecimiento del escritor y humorista reconocido internacionalmente.
Fuente: Télam
