“El desafío es producir el doble con la misma cantidad de superficie o menos. Como sabemos, el territorio urbano va creciendo sobre el rural, entonces hay que mejorar los rindes, hay que hacer la protección de insectos, hay que hacer un buen manejo con las malezas (están apareciendo cierta resistencia) y un uso muy adecuado de lo que son los recursos naturales. Básicamente agua, y por eso se está trabajando con genes de tolerancia y resistencia a sequía y a salinidad”, señaló a “Siempre que llovió, paró…”, que se emite por Radio Colonia, Alfredo Paseyro, Director de la Asociación de Semilleros Argentinos (A.S.A.), tras señalar que “Lo que se viene es el aumento, no solo de la cantidad de habitantes, sino de la calidad de ese consumo. Lo que queremos decir es que en el 2050 las proyecciones dan 9.000 millones de habitantes, pero de esa cantidad va a haber una porción muy importante que va a consumir diferente. Quiero decir que la gente que pasa de una clase baja a una clase media, o de clase media a clase alta, cambia sus hábitos de consumo, y para eso se está preparando la industria de la semilla”, explicó.
Consultado sobre los avances de resistencia a salinidad, Paseyro destacó que “Hay un paquete tecnológico que tiene distintas fases de desarrollo. Todo lo que es resistencia a sequía está muy avanzado: en Estados Unidos, una empresa ya presentó en esta última campaña materiales con esos genes. En Argentina, el grupo Bioceres INDEAR, junto con otro grupo de empresas, también están trabajando en distintos cultivos con un gen de resistencia a sequía que es de la Universidad Nacional del Litoral. En eso estamos más avanzados, en salinidad falta un poco más”, señaló.
El dirigente, que estuvo recientemente en China, comentó también que con ese país “Hoy tenemos una asimetría: Los países desarrolladores o adoptantes de la biotecnología como: Estados Unidos, Canadá, Brasil o Argentina, por poner ejemplos, hacen la evaluación y la aprobación de sus eventos biotecnológicos, que después se traducen en granos. El problema es que China empieza a hacer esa evaluación recién una vez que la finalizó el país desarrollador, entonces se produce un “Gap”, un lapso en el cual no se podría hacer el uso de la tecnología, porque estamos con el riesgo de que vaya un embarque y sea rechazado. Al día de hoy, de todos los eventos que hay comercialmente en Argentina, queda solamente pendiente una aprobación, que es un evento en maíz. Es el 1162 y, según dijeron los funcionarios chinos, ya tienen toda la información y los especialistas están evaluando la respuesta que dio la empresa. Esperan, y creen, que en el transcurso del año eso se estaría aprobando”, explicó.
Finalmente, Paseyro destacó la importancia de la industria semillera local. “Dentro de A.S.A. hay más de 80 socios, hay empresas familiares nacionales que superan los 90 años. Tenemos una mano de obra directa/indirecta que supera las 100.000 personas, y tenemos una facturación anual de más de U$S 1.200 millones en el mercado local y de U$S 300 millones de exportación. Todo lo cual muestra el potencial que tiene hoy Argentina”, finalizó.
