La firma mendocina Bodega y Viñedos Ángel Vargas fue clausurada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura al comprobarse la violación de su inhabilitación para vender, tras la detección de vino adulterado con alcohol.
Luego de constatar que el contenido de una de las piletas intervenidas con una capacidad de 95.800 litros había salido del establecimiento, inspectores del Instituto detectaron que en el interior de la misma se había fijado una columna metálica de más de 4 metros de alto llena de 30 litros de vino, mientras que el resto era sólo agua.
La idea, informa el diario local Los Andes, apuntaba a burlar cualquier control mediante extracción de muestras del lugar para un control de rutina. Es decir, hacer creer, gracias a la columna, que el vino estaba ahí, cuando en realidad unos 95.770 litros se habían “evaporado”. Aún resta determinar su destino, pero se cree que fue comercializado pese a la prohibición de hacerlo.
Según el registro del INV, es la primera vez que se comprueba la violación de una clausura impuesta con anterioridad. Así lo aseveró el subgerente de Asuntos Jurídicos del organismo, Gabriel Bertranou. “Estamos esperando algunos resultados de laboratorio para hacer la presentación respectiva porque entendemos que configura un delito. El juez deberá concluir en la responsabilidad subjetiva, es decir, quién es el responsable o autor material del hecho para imputarlo”, anticipó Bertranou al matutino local.