Omar Príncipe fue electo a principios de diciembre del año pasado como presidente de la Federación Agraria Argentina, y ya en su primer discurso mostró lo que iba a ser su gestión “diferenciada”, que ya cumplió ocho meses. “Invito a los dirigentes de las otras agrupaciones aquí presentes a que se acerquen al estrado, para que podamos hablar desde un mismo lugar. Ahora somos todos federados”, fueron sus primeras palabras.
Claro que fomentar el diálogo en ese contexto no hizo “ruido”, como si sucedió cuando se reunió con la presidenta de la Nación, el Jefe de Gabinete, el ministro de Agricultura, y el de Economía meses más tarde. Hecho que le costo el mote de “oficialista”, y que aún hoy lo sigue atormentando. Pero eso no es nada si además tenemos en cuenta que dejó a la Mesa de Enlace con una pata menos, quebrando esa alianza del ¿campo? creada en 2008.
Infocampo accedió a una entrevista exclusiva con el federado y miembro AFA, quien muy relajado se animó a responder todas preguntas. El día lluvioso y gris de Capital Federal no le quitó el buen humor, y antes de encender el grabador, el “flaco” de camisa a cuadros y jean azul, convidó mates y facturas. Con coherentes argumentos se despegó de la Mesa de Enlace, del oficialismo y de la oposición.
Aspirando las haches y dejando alguna que otra ese en el camino, marca registrada de su origen rural, no dudó en defender las nuevas políticas de la Federación, muy lejos de aquella entidad que conducía Eduardo Buzzi. Defendió a las cooperativas, como el ejemplo de una matriz productiva; responsabilizó al Gobierno de la crisis que atraviesa el campo hoy en día, y de beneficiar a los grandes empresarios y productores por no actualizar el impuesto a las ganancias; y también cuestionó los planteos que se hacen desde la Mesa de Enlace. “Si yo estoy al lado de Etchevehere y él dice: ‘retenciones cero para el campo’, yo no puedo quedarme ahí sentado”, fue una de las frases contundentes que dejó la entrevista.
FM: ¿Cuál es la nueva estrategia de Federación Agraria?
OP: Hemos planteado una continuidad de una estrategia gremial necesaria para instalar en la opinión pública y en la agenda política que hay que cambiar el modelo agropecuario. En síntesis estamos pasando por una situación en donde hay precios internacionales que están en baja, la inflación argentina que aumenta mes a mes los costos de producción y vida, y también aumentan las cargas fiscales. Cargas que además van aumentando más cuando no se cambia la escala del mínimo no imponible.
¿Tiene que haber impuesto a las ganancias?
Tiene que haber, pero al no cambiar los mínimos no imponibles, seguimos con los números de hace una década atrás. También hay que cambiar las escalas, porque de esta manera, el impuesto a las ganancias pasó a ser regresivo porque todos pagamos las más altas categorías, sea un productor de 100 a 200 hectáreas, o uno de 5.000 hectáreas. Algo que se pensó para ser progresivo, está siendo regresivo.
Por estas razones desde Federación Agraria nuestra estrategia busca autonomía gremial y política, porque queremos instalar que la Argentina necesita de políticas públicas diferenciadas para pequeños y medianos chacareros, donde ellos sean la prioridad porque sino desaparecen.
Con el modelo neoliberal de los `90, sin retenciones y libre mercado, desaparecieron 100.000 productores. Luego aparece un modelo de intervención, pero sin embargo está favoreciendo a los grupos concentrados. La matriz exportadora la siguen manejando en un 90% cinco empresas transnacionales, por más que haya algún avance de alguna cooperativa. El monocultivo de soja se expandió de 14 a 20 millones de hectáreas y provocó mayor concentración. En cualquiera de los dos modelos económicos tenemos desaparición de productores, y por eso obvio que necesitamos un modelo agropecuario distinto.
¿Hay un plan agropecuario hoy en día?
No, no hay, Hace falta un cambio estructural a largo plazo. FAA quiere hablar de rentabilidad, porque hay problemas de coyuntura y estructurales. Cuando nos sentamos con el Gobierno le planteamos los dos, porque la rentabilidad es nuestro salario. Sino se cambian estas políticas estructurales, vamos a seguir cometiendo los mismos errores.
¿FAA es oficialista?
Es molesto cuando te dicen que Federación Agraria es oficialista, porque es totalmente errado ese análisis. Esa lógica es: si un gremio se sienta a negociar con el Gobierno es oficialista, y con esa misma lógica si protestas y no negocias, sos opositor. Nosotros rompemos ese esquema, y es un mensaje que queremos darle a la sociedad y a los chacareros. No podemos ser blanco y negro. Nosotros somos un gremio, y como tal debemos sentarnos a negociar con el Gobierno que esté y mostrarle cuáles son los problemas que tenemos en el sector. Y lo hemos hecho, de forma abierta, transparente, pública, y algunos resultados se consiguieron. Claro que no alcanza y son sólo pasos, pero es el camino hacia una segmentación real.
¿Por qué las Economías Regionales no entraron dentro del paquete de medidas?
En muchos casos es inviable ser productor en las economías regionales, pero no podemos tomar a cada producción como un todo. No hay una medida que solucione todos los problemas de los cañeros de Tucumán, los vitivinícolas de Mendoza, los frutícolas en Río negro, los yerbateros de Misiones, etc. Son situaciones geográficas, económicas y provinciales distintas. Algunos dicen como marketing que hay que eliminar las retenciones de las economías regionales, pero podemos eliminarlas y que esa rebaja se diluya y no le llegue a los productores. Debemos hacer competitivas esas economías, porque con este dólar, no lo son.
Hay problemas de comercialización, porque hay gran concentración de la cadena de valor. La pregunta que este Gobierno, y el que viene debe hacerse es ¿cómo cambiamos esa matriz de las economías regionales?. Un ejemplo claro es la caña de azúcar, donde hay cientos de productores pero los que industrializan toda la producción son cinco empresas.
¿En la lechería pasa lo mismo?
Claro, y también con las peras y las manzanas. ¿Quiénes son los que etiquetan, transportan, industrializan y exportan las frutas del Alto Valle? Son dos empresas. Es esa la matriz que debemos cambiar, donde haya un precio mínimo sostén para los productores para que la actividad sea rentable. Hoy en día los chacareros no forman parte de la cadena de valor agregado y se los excluye. En la agricultura extensiva, ¿quién hace el valor agregado de la soja del país? Por eso el problema es más estructural porque hay concentración en pocas manos. Y este Gobierno Nacional lo ha permitido y lo ha beneficiado.
A nadie le sirve que la Argentina pueda exportar 150 millones de granos, y que la renta se la queden entre cuatro empresas. ¿Cuál es el desarrollo territorial que producimos de esa forma en el interior del país? Ninguno. Distinto sería si hubiera cientos de empresas en los pequeños pueblos que industrialicen y den valor agregado en origen a lo que se produce. Habría más mano de obra local, mejor industria y un verdadero desarrollo territorial.
¿Si el Estado le comprara al productor su materia prima, para asegurarle un precio racional, coherente y rentable, para luego vendérselo a la industria, sería más viable la producción?
Teniendo en cuenta que nunca se puede copiar un modelo productivo de un país a otro, hay dos ejemplos de eso. Otros modelos productivos como el de Uruguay y Brasil que lograron, con el rol del Estado interviniendo, equilibrar fuerzas en la cadena.
En la producción de cerdos de Brasil hubo una política de incentivo al movimiento cooperativo para que los pequeños productores además puedan industrializar y exportar la carne. A eso habría que sumarle que Brasil tiene la compra pública como una metodología, donde muchas instituciones tienen la obligación de comprarle a pequeños productores lo van a consumir.
Y en Uruguay se da con la industrialización de la leche, que logró no estancarse como nosotros, sino que además creció. Pero lo más interesante del movimiento es que creció en número de productores. Por eso no creemos en el neoliberalismo, donde los mercados se manejan por si solos, porque siempre equilibran para el más grande. Nosotros creemos que el rol del Estado tiene ser poner equilibrio.
Por eso sostenemos que si las retenciones van a seguir existiendo, deben de estar segmentadas para beneficiar a los más chicos, porque sino no existen igualdad de derechos. Cuando FAA sostiene que hace falta una ley de arrendamientos es porque vemos que puede llegar a concentrarse aún más la producción. ¿Qué pasa hoy con la baja de los precios internacionales? Los pequeños productores no pueden pagar los arrendamientos porque no tienen rentabilidad, y quedan campos abandonados sin trabajar. Pero, ¿qué pasa si el año que viene la soja vuelve a los 600 u$s/ton? Vuelven los pooles de siembra, y nuevamente los pequeños productores quedan afuera, porque no pueden competir en el precio con los grandes empresarios. En cualquiera de los dos casos, sin una ley de arrendamientos, los pequeños productores pierden, por más buen precio que haya.
¿En qué consistiría una Ley de Arrendamientos?
Se debe incentivar a los productores. Un contrato debería ser de cinco años, donde se pueda producir de forma equilibrada, diversificando entre cultivos. Esa planificación te permite mejorar el suelo y conservar el medio ambiente, y probablemente, aumentar la producción.
¿Plantearon estas necesidades en las reuniones con el Gobierno?
Si, pero desde el 2008 hasta enero del 2015 no había diálogo con el sector agropecuario. Partiendo de esa base, sabemos las dificultades que hay. El Gobierno hizo autocrítica y reconoció que se equivocaron. Ellos son los mayores responsables y se lo hemos dicho en muchos ocasiones. Tuvieron mayorías automáticas en las cámaras para poder aprobar alguna ley que favoreciera al sector agropecuario y no lo hicieron.
Nosotros no nos podemos quedar en la pelea del 2008, y vemos que hay mucha dificultad para avanzar. Pero a medida que se fue avanzando, se dieron cuenta que en el campo no somos todos iguales. Las intransigencias no son buenas para nadie y no podemos caer en esto de estar de un lado o del otro. No queremos ser ni opositores, ni oficialistas. Y esa es la línea que se ha propuesto mantener la Federación Agraria, porque dentro de unos meses este Gobierno se va, y llegará otro nuevo al cual tendremos que reclamarle la solución de los mismos problemas.
¿Se van a juntar desde FAA con algún presidenciable?
Si, lo decidimos en el Consejo Directivo de la semana pasada. Pero vamos a hacerlo después de las PASO, donde ya haya candidatos y no precandidatos. Tenemos intenciones de comunicarles cuáles son las propuestas que tiene FAA, y escuchar qué planes tienen.
¿Qué es lo que más les preocupa de la etapa que viene?
Primero que nada que en la Agenda, el sector agropecuario siempre aparece en los últimos lugares. Y en segundo lugar que siempre que hablan del campo lo hacen como una unidad. En el agro hay distintos actores, pequeños, medianos, grandes, arrendatarios, dueños, contratistas, etc. Eso requiere de una política integral, donde todos estemos contemplados y crezcamos en producción. Lo clave para nosotros es: ¿quién va a producir en los próximos años nuestros alimentos?
Muchos hablan de lo que se produce, o prometen que se industrializará todas las materias primas, pero el tema no es ese. Si yo hago 300 toneladas de soja, por ejemplo, mi rentabilidad depende de cuál sea el precio del commoditie a la hora de venderlo. ¿Vamos a dejar nuestra rentabilidad en manos de los precios internacionales?
Distinto sería si trabajamos en forma de cooperativa, sumando 300 mías, 300 tuyas, 300 de él y así sucesivamente hasta poder industrializarlas en aceite, para luego exportarlo; el resultado sería mucho más rentable que el valor de 300 toneladas de soja individuales, porque ya venderíamos el producto de la industrialización conjunta.
¿Hay que combatir los oligopolios en el sector agroindustrial?
Hay que fomentar la agroindustria desde las cooperativas. ACA y AFA solo trabajan con 4 millones de toneladas de soja de las 60 que produjo el país, y de esos 4 Mtn, AFA solo puede industrializar 800.000 toneladas, y el resto lo tiene que hacer pasar por otra gran empresa. Además no tiene puerto propio. ¿Quién gana con ese planteo? El productor no, la cooperativa no, el país poco y nada porque se queda en manos de las empresas.
Eso es lo que hay que cambiar. Si el productor formara parte de toda la cadena, producción, industrialización y comercialización, las ganancias y las pérdidas se equiparan. Eso es lo que los políticos tienen que entender.
¿Y escuchaste a alguien planteando esto?
No, todos hablan de sacar o bajar las retenciones y eso no soluciona nada. ¿Realmente piensan que eso sirve de algo? Federación Agraria está convencido que debemos ir más allá de ese debate. Si yo estoy al lado de Etchevehere y él dice: “Retenciones cero para el campo”, yo no puedo quedarme ahí, porque coincidido con ese planteo. De esa forma solo se consigue fortalecer al más grande y a los grupos empresarios.
Imaginate que alquilas un campo de 10 hectáreas a $10 para producirlo sin retenciones, después vienen Los Grobo, pagan $15 y chau productor.
Por Facundo Mesquida / @JFMesquida

