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Santa Fe: la única fábrica de carbono orgánico de la Argentina está a punto de cerrar

Un canal clandestino, las inundaciones, el estado de los caminos rurales, y la desidia del intendente son algunos de los factores que están condenando al establecimiento porcino Don Darío, ubicado en Marcelino Escalada, Santa Fe.

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Por Infocampo

El establecimiento porcino Don Darío, perteneciente a Rubén Alonso Alcaraz, está ubicado en la localidad santafesina de Marcelino Escalada y es el único en la Argentina que, con su tratamiento de efluentes, logra generar carbono orgánico rico en nitrógeno, fósforo, materia orgánica, azufre, calcio y potasio; para poder utilizar como abono y fertilizante natural.

Gracias a ese trabajo, logró un convenio de trabajo con Conicet Santa Fe y la Universidad Nacional de Litoral, para realizar estudios sobre el compost, y su posterior producción para uso agronómico; además del contrato que ya tiene con Choice Genetic, para producir genética porcina de primera línea mundial.

En febrero del año pasado, la ministra de Producción de la provincia de Santa Fe, Alicia Ciciliani, recorrió la granja de multiplicación y manifestó: “Vinimos a escuchar, a aprender y a sentir el orgullo santafesino de ver que la innovación y el futuro están presentes en nuestro territorio”.

WhatsApp Image 2019 01 23 at 14.59.07En diciembre de 2018, el gobernador Miguel Lifschitz le entregó en mano al productor un subsidio para poder pagar los estudios y honorarios de la facultad, tras haber sido aprobado el proyecto por parte de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Cabe destacar además que Don Darío es uno de los pocos establecimientos porcinos de la Argentina que envía genética en pie, y ya realizó dos exitosas exportaciones a Bolivia.

Frente a todo ésto, ¿qué puede salir mal?

Inundaciones/Caminos Rurales/Canales Clandestinos/Intendente

En comunicación con Infocampo, el dueño del establecimiento explicó que “hace dos meses la planta se encuentra parada por no poder ingresar por el estado del camino rural. No podemos sacar a los animales ni el producto elaborado. Me siento abandonado y voy a tener que cerrar la granja dentro de unos meses”.

Don Darío queda ubicado a 5 kilómetros hacia el oeste de la Ruta Provincial N°11, a la altura del kilómetro 594, donde comienza la ciudad Marcelino Escalada.

“No cuento con un acceso en condiciones y son sólo 5 km de camino rural desde la ruta provincial. A medio camino hay un canal clandestino que saca agua de campos privados. Tengo diálogo con el intendente de Marcelino Escalada y le pude comentar la situación, pero alega que no tiene dinero para solucionar el problema, y me dijo que mande a los trabajadores a caballo”, explica Alcaraz.

Y continuó: “Nacen 170 lechones por semana. Debería sacar la misma cantidad de gordos, pero sin camino no se puede. Reconozco que ha llovido más de 750 mm en dos meses, pero llevo más de 6 años produciendo y elevando notas a la comuna, y nadie da una solución”.

Así está el camino

Fábrica de Carbono Orgánico

La particularidad que tiene el establecimiento Don Darío, que lo diferencia con las demás granjas porcinas, es su tratamiento de compost, que le permite a través de procesos de reproducción bacterianos, obtener carbono orgánico que sirve como fertilizante natural.

Según indica Alcaraz: “Nuestro compostado se sirve de los efluentes líquidos de los porcinos (95% agua, 5% materia orgánica), más aserrín y cáscara de arroz. Estos dos últimos son ricos en celulosa. Luego disponemos de una alta carga bacteriana que quita nitrógeno del aire para poder reproducirse, y a temperaturas (70°C), se degrada la celulosa y generamos carbono orgánico”.

WhatsApp Image 2019 01 23 at 15.51.19“Ese material es un fertilizante con muchísimas propiedades y nutrientes naturales, que además está cuidando el medio ambiente y nos permite reutilizar desechos. Se podría hacer con nuestros propios residuos, en relación a los seres humanos, porque también somos monogástricos”, indicó.

El proyecto aprobado por la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación, es precisamente demostrar científicamente los resultados del producto, para que luego pueda ser comercializado como abono natural, y así bajar la utilización de nutrientes de síntesis química. Dicho de otra manera, aprovechar un residuo como fertilizante, en lugar de comprar un bolsón de nitrógeno granulado.

“Cuando utilizas este abono en el suelo, los cambios son increíbles. Se vuelve más poroso, y le cambias la naturaleza orgánica. Los resultados en los rendimientos obtenidos no son inmediatos, pero sin dudas en el mediano plazo deberían serlo. Eso es lo que intentamos demostrar también, pero no sabemos si vamos a poder seguir”, finalizó Alcaraz.