“La incorporación de la ganadería en los esquemas productivos del país ha comenzado a impulsar la producción de semillas forrajeras y la diferenciación de calidad a través de nuevas variedades”. Este indicio formó parte de las principales conclusiones que dejó la primera “Jornada en calidad de semillas forrajeras” desarrollada esta semana en la Bolsa de Comercio de Rosario.
El encuentro centró los ejes de acción en la necesidad de recomenzar la producción con una política semillera (INASE) que termine con los esfuerzos individuales y apuntale a los 250 multiplicadores para alcanzar una producción anual de 30 mil toneladas, sin tener la necesidad de importar el 30 por ciento de otras naciones (EE.UU., Canadá, Australia, Brasil y Sudáfrica).
“Queremos incrementar la producción de semillas forrajeras en un tercio de lo que se viene haciendo. Esto nos permitiría abastecer la totalidad del consumo nacional y alcanzar el primer paso que hemos fijado en esta jornada”, explicó María Dubois, secretaria de la Cámara de Semilleristas de Buenos Aires.
También dejó en claro que el objetivo más ambicioso puede ser la exportación de granos, una vez que la semilla argentina se consolide en términos de calidad y precio en los mercados internacionales, que aún mantienen los subsidios, y que se revalorice el rol del multiplicador.
Leonardo Stringaro
Especial para Infocampo