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Sequía, granizo y tornado en Bahía Blanca: La Joya Agro relata el drama productivo en el sur bonarense

Uno de los principales “agroinfluencers” de Argentina tiene campos en el sur de Buenos Aires, donde el clima viene castigando sin tregua. Además, afirmó que la suba de costos está dejando fuera a muchos productores ganaderos.

Favio Re
Por Favio
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Con casi un millón de seguidores en Instagram y más de 500.000 en TikTok, entre otras redes sociales, Bruno Riboldi, cuyo usuario es “La Joya Agro”, es uno de los principales agroinfluencers de la Argentina.

Y en las últimas horas, fue uno de los damnificados por la fuerte tormenta que azotó a la zona de Bahía Blanca, donde un tornado provocó graves destrozos en la ciudad e incluso una tragedia en la que fallecieron 13 personas.

A unos 40 kilómetros de esta metrópoli del sudoeste bonaerense, en cercanías de Tornquist, Riboldi es productor tanto en campos propios como arrendados, con modelos mixtos de agricultura y ganadería.

Una “joya” del agro: cómo es el modelo mixto que practica uno de los “agroinfluencers” más seguidos

El domingo a la mañana, cuando estaba en Pinamar luego de participar de un evento, recibió el llamado que menos esperaba: en uno de esos establecimientos, el paso del temporal había provocado fuertes daños, incluyendo la voladura del techo de la casa donde vive el trabajador que cuida el campo.

De allí que el lunes viajó hasta allí para observar in situ la situación y relatársela a Infocampo.

techo volado campo riboldi

EL TORNADO EN BAHÍA BLANCA: EL TESTIMONIO DE LA JOYA AGRO

En general, Riboldi señaló que en términos de cultivos los perjuicios no fueron tan graves, porque la mayoría de los lotes ya habían sido cosechados.

Sin embargo, señaló que por la sequía que viene sufriendo esta región, había algunos fundamentalmente de cebada que los habían dejado para destinarlos a animales, pero que se perdieron por vuelco, por los fuertes vientos.

“Los daños más graves en mi campo particular fueron en el techo de la casa, y también muchos árboles y postes de luz caídos. Nos dijeron que van a pasar entre dos y tres días para que vuelva la energía en toda la zona. También tengo maquinaria que el viento logró moverla y un sinfín de un chimango roto”, comentó La Joya.

arbol caido la joya

Y amplió: “Después me encontré también con varios vecinos y estuve en el pueblo, así tuve un panorama de cómo fue lo que sucedió en la zona. Hay muchos lotes de avena que se perdieron, porque además antes del viento hubo un fuerte granizo. Pero los mayores problemas fueron techos de puestos viejos, galpones que habían quedado abiertos y el viento los destrozó, y también molinos: a los que estaban abiertos les rompió las varillas, y a los cerrados les dobló las aspas”.

Dentro de este panorama triste, la buena noticia es que en general no hubo muertes masivas de animales.

UN DRAMA CLIMÁTICO MÁS, EN UNA ZONA MUY COMPLICADA

Para Riboldi, el problema no es solamente este temporal, sino que el mismo se suma a una serie de hechos climáticos desafortunados que están afectando al sudoeste bonaerense y que hacen muy complicada la situación productiva.

El principal: que El Niño por allí todavía no apareció y el período clave para reforzar la oferta de agua en la región, que es la primavera, pasó prácticamente sin lluvias.

De hecho, recientemente la Federación Agraria alertó por muchos casos de muerte de animales a raíz de la falta de agua.

El Niño no llegó para todos: en el sur de Buenos Aires sigue la sequía y alertan por muerte de animales

“Llevamos varios meses de una seca tremenda y esta fue una tormenta fuerte, pero que aportó solamente 25 milímetros. Venimos con una situación muy golpeada. La sensación es de impotencia y de que realmente se hace todo muy cuesta arriba. Afecta a uno, que es joven y tiene empuje, para la gente grande es aún peor”, lamentó.

Según Riboldi, el problema es que tradicionalmente el invierno en el sur de Buenos Aires es seco, pero el verano tampoco es tan lluvioso y se sufre lo que se conoce como el “soplete de enero”, que es un viento fuerte y caluroso que aumenta la demanda hídrica de los cultivos.

Por eso, la primavera es el momento en que se necesitan recargar los suelos, pero esta campaña las lluvias otra vez fallaron y así el panorama está muy complicado.

elementos rotos la joya

“Por más de que de repente ahora comience a llover un montón, hasta mediados de febrero no vamos a tener pasturas. Como no hay agua en los suelos, no va haber verdeos de verano, todavía nadie sembró maíz o sorgo forrajero, y hay que esperar que en enero sí llueva”, mencionó el productor y agroinfluencer.

ADEMÁS, LOS COSTOS

Como corolario, Riboldi subrayó que a los problemas climáticos se suman los inconvenientes financieros provocados por la suba de costos, fundamentalmente para la ganadería.

“Por la sequía y la subida de precios de la hacienda, acá hay mucha gente que va a quedar para siempre fuera de la ganadería. Con la seca hubo que desprenderse de muchos animales: en el último tiempo se achicaron 50% o hasta 80%, pero además vendieron una vaca y ahora no compran ni un tercio o un cuarto de otra vaca con ese dinero”, graficó.

Incluso lo ejemplificó en términos personales y con cierto humor para intentar reír y no llorar: “Yo vendí 100 vacas y hoy con esa plata apenas compro 26. El viejo que no se quería jubilar, no le va a quedar otra, y si seguimos así, nos terminamos jubilando todos”.