La Pampa del secano exhibe situaciones disímiles. “Tuvimos lluvias desparejas, pero que han permitido avanzar bastante”, dice Pablo Ravera, presidente de la Sociedad Rural de Realicó. Ravera remarca que “lo que es de primera, en gruesa, debe tener un 70 a 80% sembrado” y analiza que “los cultivos no se han desarrollado para la época en que estamos por la escasa humedad. Pero creo que ahora con las lluvias van a mejorar”.
En esta frontera agroclimática el agua es el material más esquivo, “las lluvias que caen nos permiten avanzar con la siembra pero la recarga es muy escasa”, acota el presidente de la Rural de Realicó.
Hacia el sudeste imaginario de la región las cosas empeoran. Al sur de General Villegas hasta Pigüé, “la gruesa está complicada”, asegura el ingeniero Miguel Buero.
Hay un porcentaje de soja, que varía según los campos y las zonas, que llega al 50% que aún no se ha podido sembrar.
“Los cultivos que se pudieron hacer en tiempo y forma ya están empezando a manifestar algunos síntomas de estrés hídrico”, dice el profesional que asesora a productores y empresas de la región.
En el sur no ha llovido prácticamente, 3 o 4 mm en algunos campos y 14 el máximo en otros, no significan gran cosa. Sin embargo, “las expectativas se mantienen, todavía la gente cree que podrá implantar la cantidad de hectáreas programadas con las lluvias que pueden aparecer en los próximos 20 días”, dice Buero.
Los campos que lindan con la tierra del caldén muestran un mayor porcentaje de retraso “y falta sembrar entre un 40 a un 50%”, dice Ariel Aime, gerente de una empresa proveedora de productos y servicios al sector.
Para Aime, “lo que nació, y lo que se pudo sembrar en fecha, está luchando con las malezas y necesitando agua”. Las lluvias de la semana pasada han sido muy puntuales y en volúmenes pequeños frente a la demanda.
Walter García
Corresponsal de Infocampo en La Pampa