Si bien la fecha formal de fundación de Confederaciones Rurales Argentinas es el 24 de febrero de 1943, ésta no fue más que el corolario del ímpetu con que nació el movimiento rural confederado en la segunda década del siglo XX. A principios de la década del veinte la ganadería padecía un fuerte enfrentamiento derivado de un problema de cosmovisión. Mientras que la Sociedad Rural Argentina -cuyos socios tenían la posibilidad de ser criadores e invernadores al mismo tiempo- buscaba una posición conciliadora con los intereses de los grandes capitales extranjeros, que le diera al nuevo movimiento que se estaba conformando ‘y que pregonaba que los criadores eran los verdaderos productores- un status sólo de “contralor” de las políticas económicas a ser implementadas, las sociedades rurales del interior pedían la intervención directa de los productores en los asuntos que los tenían como parte en el desarrollo económico nacional.
Las graves consecuencias de la crisis mundial de 1930, junto a los congresos rurales que la sucedieron, ayudaron a acercar ambas posiciones. En tanto, fueron naciendo en aquellos años la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), la Confederación de Sociedad Rurales del Litoral, la Confederación de Sociedades Rurales de la Zona Tercera (Cartez), la Confederación de Asociaciones Rurales del Centro y Litoral Oeste (Carclo) y la Federación de Sociedades Rurales de la Patagonia.
A principios de 1943 la Carbap fue invitada por la Sociedad Rural de Bolivia para realizar una exposición agropecuaria y de industrias afines en la ciudad de La Paz. En tal sentido, se hacía necesario que a los objetos de la representación exterior de sus productores rurales confederados se utilizara una común denominación que la distinguiese de los organismos similares extranjeros. Para ese solo objeto todas las confederaciones resolvieron conformar Confederaciones Rurales Argentinas.
Pero mientras se preparaban los detalles de la exposición, la revolución del 4 de junio desalojó al presidente Castillo del poder y las nuevas autoridades militares no fueron propicias a las relaciones bilaterales sudamericanas. Todo eso hizo que se postergue su realización primero para 1944 y luego “para cuando la coyuntura lo permitiera”…Sin embargo, la fallida exposición fue el elemento integrador definitivo que el movimiento rural
confederado necesitaba para tomar el paso decisivo y constituir CRA.
Por Juan Cruz Jaime
Doctor en Ciencias Químicas y director de la Licenciatura en Biotecnología de la UADE
Artículo publicado en la edición de hoy de El Federal
