“El desarrollo de la biotecnología animal todavía no alcanzó el grado de aplicación a campo que se logró en la agricultura. Todavía estamos en una etapa experimental. Pero tenemos la ventaja de que aún no hay ninguna empresa líder a nivel mundial en esta área y estamos en condiciones en de ser pioneros en emprendimientos mixtos. Tenemos el know how, pero nos falta la el financiamiento y la logística”, resume Daniel Salamone, docente e investigador del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA y agrega que el proyecto de ley permitiría lograr que, mediante la asociación entre públicos y privados, el conocimiento científico sea transferido a la producción.
Una de las líneas en que trabaja el laboratorio de Biotecnología Animal que dirige Salamone, especialista en transplante nuclear, se concentra en la obtención de un animal transgénico que permita digerir en mayor proporción los alimentos agregándole una enzima en la saliva. Inicialmente trabajan en ovinos, pero podrían hacerlo con bovinos y caprinos. “Cada animal podría generar una pequeña empresa”, indica el investigador, cuya participación fue clave en la clonación de Pampita , la primera ternera argentina que nació en agosto de 2002 mediante un proyecto de Biosidus.
Otro proyecto que requería financiamiento, y que por por el momento quedó en el camino, fue el desarrollo de bovinos transgénicos resistentes a aftosa y a otras enfermedades virales, que se habían delineado junto con Esteban Hopp, director del Instituto de Biotecnología del Inta Castelar. Este organismo dispone también de toda la capacidad para realizar la epidemiología de la gripe aviaria, una pandemia que hoy aqueja a Asia y Europa. “Incluso, suponiendo que recibamos los recursos, podríamos desarrollar una vacuna contra esta enfermedad para inocular a pollos, que sería un reaseguro para la industria y los consumidores”, amplió Hopp.
“Creo que las asociaciones, tipo join ventures con algunas empresas van a ser favorecidas, como ocurrió con Indear en Rosario”, consideró el investigador, al ser consultado acerca del proyecto de ley. “Para nosotros es beneficiosa en la eventualidad de que haya algún proyecto que tenga aplicación y que sea de interés de las empresas”.
Según Martín Lema, coordinador Técnico de Análisis y Formuclación de Polítias de la Oficina de Biotecnología de la Sagpya, son menos de diez las empresas que trabajan en biotecnología animal.
Alexia Giménez
agimenez@infocampo.com.ar
Los beneficios de esta ley
La ley que promociona la inversión en biotecnología otorga un paquete de beneficios fiscales, cuyo costo fiscal no se conoce por el momento porque serían incluidos recién en el Presupuesto Nacional de 2008, dos años después de aprobada la ley, cuando ingresen las solicitudes de los proyectos a evaluar.
La iniciativa ya ingresó en Diputados y fue girada a las comisiones de Ciencia y Tecnología, Industria, y Presupuesto y Hacienda. El apoyo a la ley manifestado por la ministra Felisa Miceli en el Senado con el objetivo de incrementar la tasa de inversión en el mediano plazo hace prever que el oficialismo en la Cámara baja dará prioridad a la iniciativa ni bien comience el periodo ordinario en marzo.
Los beneficios fiscales previstos son:
a) Amortización acelerada en el impuesto a las ganancias por bienes de capital, y equipos especiales nuevos adquiridos para la realización del proyecto de investigación y/o desarrollo.
b) Devolución anticipada del IVA por los bienes de capital mencionados facturados a los titulares del proyecto. Dicha devolución será realizada con créditos por otros impuestos que cobra la AFIP, según determine la reglamentación de la ley.
c) Conversión en bonos de crédito fiscal del 50% de las contribuciones a la seguridad social que se hayan pagado sobre la nómina salarial afectada al proyecto.
d) Conversión en bonos de crédito fiscal para el 50% de las contrataciones de servicios de investigación y desarrollo de instituciones pertenecientes al Sistema Público Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Ello implica que si para la investigación se contrata a un organismo público, la mitad del costo que se demande será financiado por el Estado a través de bonos de crédito fiscal, también intransferibles.
e) Exención del impuesto a la ganancia mínima presunta de los bienes de capital con afectación al proyecto adquirido.
Los beneficiarios del programa son las personas físicas o jurídicas constituidas en la Argentina que presenten proyectos de investigación y desarrollo basados en la definición de “biotecnología moderna” que la misma ley contempla. Pero se excluyen los proyectos que se desarrollen sobre la base de una patente con solicitud de registro anterior a la entrada en vigencia de la ley, o aquellos que se realicen sobre la base de una patente de perfeccionamiento. Al igual que los proyectos que resulten de “actividades de investigación y desarrollo que se realicen en el exterior”.
Diego Ramirez*
Especial para Infocampo
Consultor especialista en asuntos parlamentarios
