Son ricas y nutritivas. Además, cuentan con propiedades antioxidantes y funcionales. Así, es que las cerezas se ubican entre los cultivos de gran importancia en Mendoza, al ser comercializadas como producto primicia en los mercados de contra estación. Pero, por tratarse de un producto muy perecedero, en algunos casos no llega con calidad óptima –después del transporte– a los consumidores cada vez más exigentes. En este sentido, el INTA aportó una técnica de postcosecha que extiende la vida comercial y preserva su calidad. La mostrarán en INTA Expone Cuyo, del 4 al 6 de septiembre, en Pocito, San Juan.
María Laura Rivero –responsable del Laboratorio de Postcosecha del INTA Mendoza–, destacó la novedad del logro: “Hasta ahora, el 1-metilciclopropeno (1-MCP) sólo había sido utilizado en frutos climatéricos, o sea, en aquellos que siguen madurando aún después de haber sido recolectados. Sin embargo, el INTA lo probó –y obtuvo buenos resultados– en uno que no lo es, como la cereza”.
“Este producto –detalló Rivero– permite alargar la conservación y la vida útil de una gran cantidad de frutas, entre ellas, las cerezas, cumpliendo con las exigencias de calidad que buscan los consumidores. Así, la Argentina podrá afrontar la demanda de nuevos destinos como Emiratos Árabes, Arabia Saudita, India y Hong Kong”.
En esta línea, Rivero se refirió a las ventajas del uso del compuesto para abordar los nuevos mercados: “Con esta nueva técnica, se podrán hacer envíos por vía marítima en containers refrigerados sin atmósfera controlada, lo que permitirá mantener los estándares de calidad en poscosecha, a menor costo”.