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Vaca loca y el consumo mundial

Mientras la FAO consideró que los casos de vaca loca registrados recientemente en Canadá y EE.UU. son "incidentes aislados", que no deberían modificar la actitud de los consumidores, expertos locales advirtieron sobre la incapacidad de una detección temprana de la enfermedad y la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención existentes.

Mientras la FAO consideró que los casos de vaca loca registrados recientemente en Canadá y EE.UU. son "incidentes aislados", que no deberían modificar la actitud de los consumidores, expertos locales advirtieron sobre la incapacidad de una detección temprana de la enfermedad y la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención existentes.
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Por Infocampo

Los casos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (o mal de la vaca loca) que se presentaron en el ganado en los Estados Unidos y Canadá “no deberían causar pánico entre los consumidores y los productores”, declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

La organización alimentaria consideró que los tres bovinos canadienses, el norteamericano, e incluso la cabra francesa que dio positivo a la enfermedad, “son incidentes aislados”.

Sin embargo, Carlos Van Gélderen, especialista del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura aseguró a Infocampo que “en biología, nada es tan fácil” y recordó el caso del ternero de 19 meses que apareció en Japón con vaca loca, cuando “se creía que la enfermedad se manifestaba recién a partir de los 3 años”.

Van Gélderen explicó que, si bien aumentó la cantidad de países que la padecen, “se retrajo la cantidad de casos” por nación, debido a las tareas de prevención encaradas a nivel mundial.

La prevención primaria se sustenta en la prohibición de alimentar a los rumiantes con harinas de hueso y carne de animales carnívoros, a lo que se suma la eliminación de los materiales de riesgo específico -como los ojos, amígdalas y parte del duodeno, entre otros- dentro de la composición de los alimentos balanceados.

Sin embargo, el especialista del IICA reconoció que “el pánico (a contraerla) no es una cosa que pueda manejar la gente” y recordó que a partir de su único caso, Estados Unidos “tiene la mayoría de los mercados cerrados para sus carnes”.

En este sentido, Van Gélderen ponderó la situación de la Argentina, reconocida internacionalmente como libre de mal de la vaca loca y remarcó “la buena imagen” de nuestras carnes en el exterior, una vez superado el problema con la aftosa.

“El programa preventivo que el país lleva adelante desde 1990 funciona bien y lo estamos reforzando con el apoyo financiero del Banco Mundial. Se están extremando los conocimientos científicos y adecuando las nuevas normas internacionales para evitar el ingreso al país”, concluyó el especialista del IICA.

Marianela Garbini

mgarbini@infobae.com

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