El sector lácteo primario cerraría este año con una producción de 10.500 millones de litros de leche, y 11.500 tambos en pie. A diferencia de los últimos tres años, el inicio de este nuevo ciclo en la actividad está acompañado por condiciones climáticas óptimas; buena disponibilidad de forrajes; y un precio rentable en torno de $1,35 el litro. En este contexto, la lechería argentina muestra señales de recuperación.
Infocampo dialogó con productores primarios de las distintas cuencas lecheras sobre las expectativas que les genera la actividad, teniendo en cuenta las condiciones climáticas y los precios actuales de la leche.
José Luis Gerasi, tambero de la zona de Venado Tuerto, que cuenta con 1.000 vacas en ordeño distribuidas en cinco tambos, dos de ellos móviles, consideró que el panorama para la actividad es “muy bueno”.
Y agregó: “Las lluvias de julio y septiembre nos permiten hoy tener una buena disponibilidad de forrajes. Además, el rodeo comió bien durante todo el invierno”, lo que se traduciría en una mejor calidad de la producción.
Juan Bautista Vergés, productor de la Cuenca Oeste de la provincia de Buenos Aires, destacó que ésta será la “primera campaña buena” en tres años, donde la actividad se movió al ritmo de la seca.
“El tambo nos dará rentabilidad este año, pero no alcanzará para recomponernos del déficit económico generado desde 2006”, añadió Vergés, que cuenta con un rodeo de 300 vacas y el nivel de producción diaria en su establecimiento es de entre 24 y 28 litros.
Su coprovinciano, pero de Abasto Norte, José Tellechea calificó a 2010 como un año “bueno en términos climáticos” y estimó que este ciclo “cerrará bien” para los productores primarios. Tellechea trabaja dos tambos de 200 vacas cada uno, que en conjunto producen cerca de 8.000 litros de leche a diario.
También desde la provincia de Buenos Aires, Julio Aimar, productor de Abasto Sur, sin embargo, se mostró preocupado por la posibilidad de que, en el verano, “las lluvias sean escasas” debido a la llegada del fenómeno climático La Niña.
Eraldo Jordán, tambero con 100 vacas en ordeño en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, en coincidencia con el resto de los productores entrevistados, habló de la “buena disponibilidad de forrajes” y ponderó las “óptimas condiciones sanitarias” de los animales.
René Pasquetta, productor de la zona de Villa María en Córdoba, indicó que “el clima mejoró mucho con las lluvias de septiembre, y eso está permitiendo sembrar maíces, que utilizaremos como forraje a lo largo de todo el año.
Precios. Atrás quedó el recuerdo de esos $0,80 por litro que la industria le pagaba al productor, hoy el precio promedio es cercano a 1,30 por litro, una cifra aceptable para la actividad.
Parece que ése es el piso mínimo, y se estima que se mantendrá en torno de esos valores hasta febrero, cuando se espera un nuevo repunte.
Otro dato positivo: todos los entrevistados resaltaron que se normalizó la cadena de pago. “La industria está pagando a mes vencido”, destacaron los tamberos.
“La baja de precios que se registró entre junio y agosto nos asustó un poco, pero parece que en 1,25 y 1,30 $/l se llegó al piso mínimo. Creemos que los valores actuales se mantendrán estables”, destacó Pasquetta, en cuya zona la producción diaria promedio es de entre 18 y 25 l. Y agregó: “Lo actividad hoy es rentable”.
Gerasi dijo que el panorama en cuanto a los precios es “bueno” debido al aumento de la demanda y el alza en la cotización externa de la tonelada de leche en polvo. “En la medida que la industria necesita leche, redondean el precio para arriba”, señaló.
El tambero de la Cuenca Oeste, sobre el tema precio, destacó: “Los valores actuales no nos alcanzan para recomponer nuestro balance económico, que estuvo arrojando pérdidas desde 2006.”
Para Tellechea, los precios “están más o menos bien” y, en este marco, resaltó el acuerdo entre el gobierno nacional y las usinas lácteas, a partir de los productores comenzaron a cobrar 1,20 $/l como mínimo.
Jordán, por su parte, sintetizó: “Dicen que los precios son buenos, pero los tamberos en la zona de Gualeguaychú estamos peor o igual que antes”.
Aimar, que entrega su producción entre 1,38 y 1,40 $/l, aseguró que ese valor, “aunque se recompuso, no es suficiente” para que la actividad sea rentable habida cuenta de que “los costos de producción aumentaron un 30 por ciento, fruto de la inflación”.
Peor aún, continuó el tambero de Abasto Sur, si se considera “la suba de la cotización de la leche en polvo y los precios de los productos lácteos en las góndolas”.
Tambos vs. Industria. La histórica queja de los tamberos apunta directo a la industria. “Las usinas imponen su precio”, denuncian los productores. Para Roberto Porta, asesor lácteo de la zona de Rafaela, en Santa Fe, una de las razones de que la industria imponga sus reglas de juego al resto de la cadena es que “la gestión empresaria entre los tamberos es nula. A los productores los une el espanto: cuando no tienen precio alzan la voz, pero en cuanto se recompone la cotización de la leche, cada uno vuelve a su actividad”. Así, la toma de decisiones es conyuntural.
Frente a esta puja productores versus industrias, el gobierno nacional está intentando tomar el toro por las astas. La subsecretaria de Lechería nacional anunció que se están ultimando los detalles para la implementación de una liquidación única en todo el país.
Se establecerá así un sistema de pago de leche por atributos de calidad y composición de la materia prima. Una vez aprobada oficialmente regirá, de forma obligatoria, todas las operaciones comerciales entre tamberos y usinas lácteas.
La planilla contendrá información sobre la industria y el productor, el volumen de leche entregado y datos sobre la composición de la materia prima, entre otros aspectos. Será implementada a través de un sistema informático ideado por especialistas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Porta evaluó que la leche de referencia y precio cierto es “una base firme para arrancar”. Aimar, sin embargo, puso en duda la concreción de esta iniciativa al considerar que “hace cinco años que se está discutiendo esa posibilidad”.
Para el Gobierno, la concreción de este sistema es una herramienta más en favor de que “no haya ningún productor lechero que pierda su condición de tambero”.
Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario

