Publicidad Cerrar X

Estrategias para trigo en el centro

Recomendaciones para la siembra del cultivo en la Región Central y en siembra directa. Los especialistas del INTA Marcos Juárez y el manejo para buenos logros.

Recomendaciones para la siembra del cultivo en la Región Central y en siembra directa. Los especialistas del INTA Marcos Juárez y el manejo para buenos logros.
infocampo
Por Infocampo

La acumulación de agua en el perfil de suelo en el momento de la siembra es importante para todos los cultivos, pero lo es especialmente en el caso del trigo por la baja ocurrencia de lluvias durante gran parte de su ciclo. Partiendo de adecuados niveles de agua acumulada, un cultivo de trigo bien implantado puede afrontar el período invernal normalmente seco durante el cual transcurren importantes etapas de desarrollo como son el macollaje y gran parte del encañado. Posteriormente, en el momento de espigazón, que eligiendo adecuadamente la variedad y época de siembra debería ocurrir inmediatamente pasado el riesgo de heladas tardías, la probabilidad de lluvia aumenta y la disponibilidad hídrica generalmente resulta suficiente para abastecer el llenado de los granos.

El trigo puede alcanzar elevadas eficiencias en el uso del agua que está acumulada en el suelo. Ensayos de variedades de trigo conducidos durante varios años en campo de productores en el sudeste de Córdoba y sur de Santa Fe, han permitido medir consumos de agua entre 10 y 15 kg de grano por cada milímetro de agua total utilizada por el cultivo medida hasta 1,5 metros. Para el caso de trigo, tanto el cultivo anterior como el sistema de labranza modificarán la acumulación de agua en el suelo durante la segunda mitad del verano y el otoño, y por lo tanto la disponibilidad hídrica inicial del cultivo. Esta situación es especialmente importante en la región central norte triguera donde el maíz y las variedades de soja que maduran durante el mes de marzo, resultan buenos antecesores de trigo. Se debe recordar que las pérdidas de humedad de suelo posteriores a la madurez fisiológica del cultivo antecesor, dependerán del manejo realizado en cada situación y es aquí donde adquiere mayor importancia ajustar debidamente la técnica de barbecho químico.

Con respecto a la elección de variedades de trigo para siembra directa la sugerencia es tratar de caracterizar previamente cuál será el ambiente de producción. Si bien en la mayoría de las situaciones se sigue observando buena adaptación de las variedades que permiten una siembra temprana, en los buenos ambientes de producción se alcanzan iguales rendimientos con variedades de ciclo intermedio y corto de buen potencial de rendimiento. La siembra temprana de trigo asegura una mejor implantación del cultivo y ofrece condiciones más favorables en las primeras etapas de desarrollo, y por lo tanto tiende a un mejor uso del agua almacenada en el suelo. Sin embargo se debe tener en cuenta que cuando los ambientes de producción de trigo son mejores por su mayor disponibilidad hídrica, adecuado nivel de nutrientes, años de siembra directa y rotación de cultivos, las diferencias entre ciclos desaparecen y prevalece el potencial de rendimiento de la variedad independientemente de su ciclo. En varias regiones del área central norte triguera es común observar daño de frío por heladas durante la implantación del trigo en siembra directa y también se verifica que existen diferencias entre cultivares.

Secuencia con soja

Para ello el cultivo de soja de segunda debe ser implantado lo antes posible. En el sudeste de Córdoba y el centro sur de Santa Fe la situación ideal sería llegar a sembrar la soja de segunda hacia fines de noviembre o principios de diciembre. Aquí es donde adquiere importancia la elección de variedades de trigo de siembra temprana pero con madurez rápida, la siembra de variedades de ciclo más corto.

Roya del maíz en Entre Ríos

La roya común del maíz es una enfermedad endémica de la zona maicera núcleo que se presenta cada año con diferentes niveles de severidad dependiendo del cultivar empleado, de los biotipos del patógeno presentes y de las condiciones ambientales.

Los síntomas diagnósticos son pústulas uredosóricas de color herrumbroso oscuro que muestran restos de tejidos epidérmicos y al final del ciclo del cultivo pústulas teleutosóricas negras.

Esta enfermedad reduce los rendimientos no sólo por disminución del área fotosintéticamente activa, sino por la competencia por fotoasimilados entre dos destinos constituidos por los granos en el momento de llenado y las pústulas que generan esporas. Un nivel de severidad de 10% ocasiona reducciones de hasta el 8% en el peso del grano.

En los análisis realizados, se presentaron diferencias de severidad entre los híbridos comerciales de ciclo corto y también entre los híbridos de ciclo completo.

Los niveles de severidad de infección observados durante la campaña 2004-2005 fueron altos en relación a campañas anteriores, ya que los menores valores alcanzaron el 15%, lo que muestra una situación epidémica que podría caracterizarse como moderada a alta. En años anteriores, a pesar de presentarse menores niveles de severidad los tipos de infección siempre fueron altos (3-4).

Seguí leyendo:

Temas relacionados: