Una limitada superficie para el aprovechamiento agrícola, la no existencia de derecho pleno de propiedad privada de la tierra, la fragmentación del tamaño medio de las explotaciones agrícolas y la falta de agua son las contingencias que limitan el desarrollo chino en producción agroalimentaria.
Las restricciones anteriores, unidas a una población que ha incrementado en forma importante su nivel de vida lleva a que China dependa necesariamente ahora y más en el futuro del mercado mundial de agroalimentos y es en este aspecto que la Argentina juega un papel fundamental en ese mercado.
Sólo en el rubro de los granos, subproductos y aceites, la Argentina participa con cerca de 16% de las exportaciones mundiales.
Según el Informe del Fondo Monetario Internacional de abril del 2005, a pesar de la importancia que tiene China para el mercado mundial de productos agropecuarios y alimentos, la participación de estos rubros en su comercio exterior es baja pero el perfil de la economía china, país que se mantuvo casi aislado por décadas, ha comenzado a cambiar.
Presencia nacional para el desarrollo
n A principios de los ’90, China no era un cliente significativo para el complejo agroalimentario argentino. A mediados de la década se produce un moderado aumento pero en el 2003 el incremento es casi explosivo llegando a 13,9% de las exportaciones de productos primarios agropecuarios y manufacturas.
El complejo oleaginoso ha incrementado esa participación llegando en el 2003 a 93 por ciento. Dentro de ese complejo, se incrementaron el poroto y el aceite de soja, bajando fuertemente las exportaciones de harina por el aumento de la capacidad de crushig china (311.000 toneladas por día).
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