Los productores citrícolas locales volvieron a apostar y esperan mejorar el rendimiento en la cosecha que arrancará los primeros días de febrero.
El coordinador del Programa Citrícola Provincial, Héctor Barboza, indicó que “esperamos llegar a un volumen de 25.000 a 30.000 toneladas, porque en la última cosecha hubo una pérdida considerable por la sequía”.
Al tiempo, el funcionario indicó que trabaja dentro del esquema del Ministerio del Agro, y añadió que “550 colonos se inscribieron al Programa de Cítricos para Exportación, los que totalizaron una superficie de unas 2.500 hectáreas de plantaciones certificadas, en su mayor parte de mandarinas tempranas de la variedad okitsu”.
Es para destacar que en la temporada 2004/2005 los cultivos fueron muy castigados por la sequía, en este sentido Barboza dijo: “En algunas zonas como Eldorado quedaron algunas secuelas en las mandarinas murcot, que no cargaron muy bien”, además aclaró que “afortunadamente no observó el mismo comportamiento en las plantaciones de okitsu, variedad emblemática de la citricultura misionera”.
Uno de los puntos importantes para el sector citrícola es el cumplimiento de las exigencias fitosanitarias de los compradores, requisito fundamental que deben cumplir en el sector argentino. Para lograr dicho objetivo, trabajan en conjunto con la oficina local del Senasa.
Misiones produce mandarinas en 70 %, una menor cantidad de naranjas, limón y de lima tahití y además tiene un nicho ganado en el exigente mercado internacional; fundamentalmente la países de la Unión Europea.
Barboza explicó que ayer se realizó una reunión con los técnicos con vistas al segundo monitoreo en referencia con el control que se efectúa en las plantaciones, el que está destinado a prevenir la aparición de plagas, especialmente por la cancrosis y la mancha negra.
Además, otra de la amenazas es la enfermedad Huanglongbing o “ex Greening”, la cual ataca a toda la planta y que en febrero fue detectada en Brasil, aunque no apareció en Misiones.
