A diferencia del verano pasado, cuando el año comenzó muy seco, 2007 ha presentado condiciones de humedad favorables, tanto para el desarrollo de los cultivos como para favorecer la aparición de Enfermedades de Fin de Ciclo (EFC) en la soja.
Según un informe del Inta Pergamino, realizado por Antonio Ivancovich, en esta campaña ha sido importante el ataque de “mancha marrón de la hoja” (causada por Septoria), que durante este ciclo ha registrado infecciones en estadios reproductivos tempranos (comienzo de floración) y con niveles de incidencia y severidad elevados. Las lluvias frecuentes ayudan a la dispersión del hongo desde las hojas inferiores hacia las superiores incrementando la severidad de los síntomas. Esta enfermedad puede reducir los rindes de la oleaginosa de 2 a 7 qq/ha.
“En Entre Ríos también hay Septoria, sobre todo en los lotes que llevan varias campañas sembrándose sobre rastrojos de soja; otros que tienen laboreo u otro cultivo antecesor no han tenido síntomas de la enfermedad todavía”, explicó a Infocampo Norma Arias, del Inta Concepción del Uruguay. La ingeniera recomendó, para años como el actual, con buena condición hídrica, la aplicación de fungicidas en R-3, mejor que en R-5, porque “en R-5 se logra mejor respuesta en el peso de los granos, pero en R-3 se logra un aumento en el número de granos, el principal factor de rendimiento”.
En general, el daño promedio causado por la EFC, según trabajos a partir de la aplicación de fungicidas, es de entre 5% a 12% con un máximo de hasta 30%.
Otras de las enfermedades que aparecieron, en menor medida en lotes del norte de Buenos Aires, son podredumbre de raíz y tallo, Bacteriosis foliares y Tizón de la hoja por Cercóspora.
Las EFC constituyen un grupo complejo de enfermedades cuyos síntomas se manifiestan en estados reproductivos intermedios y avanzados, pero la mayoría de los patógenos están presentes en etapas previas que no son visibles. Esto es importante, porque esperar hasta que los síntomas sean visibles pueden llevar a un atraso en la toma de la decisión química y la consiguiente afección en los rindes.
Para mantener los niveles de enfermedad por debajo del umbral de daño económico se requiere un manejo integrado que incluya: resistencia genética, control químico, control biológico y prácticas culturales (rotación, fechas de siembra y fertilización).
Aplicación. Las experiencias indican que se lograron aumentos de entre 200 y 800 kg/ha (según clima, lote y antecedente) con una aplicación en el período crítico, que evita los daños causados por las EFC. Habrá una muy buena respuesta al fungicida si ocurrieron lluvias entre R-1 y R-3 normales o por arriba de lo normal (para aplicar en R-3) o lluvias en R-3 a R-5 (para aplicar en R-5); monocultivo y siembra directa; si el cultivo presenta buena a muy buena expectativade rendimiento.
Según Ivancovich, las aplicaciones para evitar el desarrollo de las EFC deben tener en cuenta que el estadio fenológico comprendido entre R-1 y R-5 (de floración hasta llenado del grano) es crítico; en el caso de Septoria la cobertura de los surcos es importante porque la enfermedad se favorece por el espacio sin cobertura entre surcos; la severidad de la enfermedad es expresada en porcentaje de la altura de la planta a la que llegan los síntomas por lo que el Inta recomienda la aplicación de fungicidas cuando la enfermedad cubre la mitad del tercio inferior.
Juan Ignacio Martinez Dodda
jdodda@infocampo.com.ar
