El negocio de la compra – venta de campos y los alquileres se está caracterizando fundamentalmente por la poca oferta y la falta de grandes extensiones.
Con vistas a la campaña 2007/08, en pocos meses se volverá a activar el mercado inmobiliario. Adrián Cardella, del estudio Figueroa Cardella y Asociados, explica que las mayores consultas surgieron para la adquisición de campos para cría, y con respecto a la agricultura menciona que no hay una gran disponibilidad de tierras de gran extensión a la venta.
En lo que respecta a precios, Cardella detalla que en la zona núcleo, en el triángulo Rosario – Venado Tuerto – Pergamino, la hectárea para la venta se está cotizando entre los u$s8.500 y 9.000 por hectárea.
El especialista cuenta además que hace poco se concretó la venta de un campo en la localidad de Madariaga, de 1.600 hectáreas, a u$s1.100/ha.
Otra característica que está viviendo el mercado inmobiliario es la aparición de nuevas zonas agrícolas, como la de Saladillo, que antes eran netamente ganaderas. En esta región la hectárea se cotiza hasta u$s2.500. Cardella agrega que grupos empresarios y exportadores están recorriendo la zona de Saladillo, Roque Pérez y Las Flores para adquirir campos e instalar en un futuro plantas de acopio, como ya lo hizo en su momento el Grupo Los Grobo.
Con respecto a los arrendamientos, una vez finalizada la cosecha de trigo, los campos que se liberaron en la localidad de Pinamar, cotizan alrededor de 250 dólares la hectárea. En Mar del Plata – Balcarce – Camet la hectárea ronda los u$s270.
Cardella explica además que la intervención del Gobierno en el mercado de maíz todavía no repercutió en el precio de los campos, porque siempre hay productores interesados en el cultivo, y lo que sí ha influenciado son los excelentes valores para el maíz en la rentabilidad general del sector, lo que ayuda a las transacciones inmobiliarias.
De todas formas el especialista aclara que la escalada del maíz no cambiará demasiado los valores de las tierras, ya que es un cultivo complementario para la rotación de la soja, lo que traerá aparejado en un futuro campos más fertilizados y con mejor calidad para la siembra.
