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La superficie triguera se acerca a la de la campaña 2006/07

Unos dos meses y medio atrás, aproximadamente, estaba instalada la percepción de que el área triguera iba a caer en la Argentina esta campaña. A fines de abril, desde Infocampo encaramos el trabajo de hablar con distintos actores del negocio agropecuario, esto es productores, proveedores de insumos, acopios, contratistas, etcétera, y dedicamos el semanario a... Read more »

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Por Infocampo

Unos dos meses y medio atrás, aproximadamente, estaba instalada la percepción de que el área triguera iba a caer en la Argentina esta campaña.

A fines de abril, desde Infocampo encaramos el trabajo de hablar con distintos actores del negocio agropecuario, esto es productores, proveedores de insumos, acopios, contratistas, etcétera, y dedicamos el semanario a la intención de siembra para esa campaña.

La síntesis fue que el área nacional podría mantenerse sin modificaciones respecto de 2006. En recientes viajes que hemos realizado a distintos puntos de la zona núcleo (subregión II Sur, en el mapa del trigo) hemos podido comprobar in situ que los productores están extendiendo su plan de siembra original a más superficie.

Una de las razones es el buen precio del cereal de la nueva cosecha que esta semana tocó los 148 dólares por tonelada, acompañando una suba externa, al nivel más alto de los últimos once años.

A esto se le suma el rebote de la soja. Otra razón es la buena humedad en el perfil que hubo a la hora de sembrar los ciclos más largos. Ahora tal vez faltarían unos milímetros para poder sembrar en situación óptima los ciclos cortos.

También hay que decir que no observamos mayores problemas en lo que se refiere a abastecimiento de insumos (ni de semilla ni de fertilizantes), así como tampoco de combustible.

Si bien puede ser que se trate de una situación particular, las charlas que mantuvimos con operadores del sector en estos días nos dan la idea de que lo expresado aquí podría ser una situación extendida en la núcleo.

Pero lo importante es que la producción pueda aprovechar las señales del mercado internacional, que está pasando por un momento extraordinario.

Dos cosas está esperando el productor hoy y tienen que ver con la política oficial: a) que el registro de exportaciones se normalice, y b) que el precio del cereal de la vieja cosecha deje de estar disociado de la marcha del mercado externo.

Según la misma Secretaría de Agricultura, hoy el trigo podría estar valiendo en torno de los 514 $/tonelada, cuando la molinería está ofreciendo hasta 440 $/t y la exportación entre 410 y 415 $/t en los puertos del sur.

La expectativa estaba puesta en las reuniones que se realizaron esta semana en la Secretaría de Agricultura. La cartera agrícola tiene la voluntad de que el productor reciba el precio lleno del cereal, pero al mismo tiempo tiene que congeniar con el eje de la política general, que implica que la molinería no aumente los precios de la harina, para mantener a raya los precios de los productos panificados.

No hay mucho para inventar en este sentido. La molinería se queja del desfasaje que le produce pagar hoy un trigo a $440 (por poner un ejemplo), mantener el precio de la harina y no saber cuándo se va a cobrar el reembolso.

La realidad es que hasta esta semana, la molinería sólo cobró algo más de $600.000. Si pensamos que los molinos necesitan comprar unas 350.000 toneladas mensualmente para su harina con destino al mercado interno y que en promedio estuvieran pagando $20 por encima del valor referencial de $370, los rembolsos deberían estar en el orden de los $7 millones mensuales.

Para un valor del trigo de $440, la cifra se estira hasta casi $25 millones por mes. Por otra parte hay que considerar que ya existen en la actualidad dos mecanismos para que el productor reciba precio lleno por su cereal. Uno es el que acabamos de mencionar y el segundo, el que le permite presentarse ante la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario y reclamar la diferencia entre lo que cobró (sólo cuando vende con destino a la molinería) y el precio de mercado que da la Sagpya y que como dijimos ronda los $515 por tonelada.

En este último mecanismo tampoco es mucho lo que se lleva compensado: unos $2,25 millones, lo cual equivaldría a 35.000 toneladas, a razón de unos $63 por toneladas (hasta ahora es superior a lo que reciben los molinos).

O sea que resta un importante camino por recorrer para ordenar el mercado de trigo. Las señales que se puedan emitir desde el Gobierno van a ser claves para aprovechar la suba de precios e incrementar la producción. Hay que recordar que cuanto más se produce menos presión se ejerce sobre el mercado interno. Una situación en la que todos ganarían, pero que, nuevamente, mucho depende la actitud oficial.

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