En la actualidad, una de las características que se viene dando por parte de los productores es comenzar a agregarle valor a los granos en origen. Bajo esta consigna, en Oncativo, Adrián Bartoloni, con un plantel de 250 madres, en un modelo de confinamiento, produce anualmente seis mil capones.
En el establecimiento Don Ramón, la producción de cerdos volvió al campo de este productor que maneja 482 hectáreas, después de 20 años, para quedarse y convertirse en un negocio rentable.
En el año 1992, compró seis madres a productores vecinos para hacer lechones, ya que tenía las instalaciones en el campo. Bartoloni subrayó que “en esa época hacíamos fardos de alfalfa, ya que la agricultura era pequeña y poco rentable. Tres años después decidimos poner más madres y conocer mejor el negocio, aprovechando los granos que producíamos, transformándolos en carne porcina, generando valor agregado y teniendo una actividad intensiva que generaba mayor ingreso que el capital agrícola”.
Aunque el proceso no termina con el capón vendido a faena, desde el año 2003 le dio una vuelta de tuerca a su negocio: llegar directamente al consumidor. El 20% de la producción de cerdos se destina a la elaboración propia de embutidos y fiambres, que se comercializan con la marca Porcinos Don Ramón.
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