El domo central agrícola chaqueño intenta recuperarse de un período seco que diezmó la economía de los medianos y pequeños productores, aunque la presente campaña no será del todo positiva ya que los distintos sembrados fueron castigados por la falta de humedad en el período vegetativo.
“La lluvia es positiva en el contexto de una prolongada sequía que viene afectando a la zona; pero en el cálculo del rinde de los sembrados reconocemos una merma de entre un treinta y un cuarenta por ciento del potencial de producción promedio de la zona”, señaló Jorge Lúquez, técnico de la cooperativa El Progreso.
En el centro de la provincia los registros pluviométricos de la pasada jornada fueron más que beneficiosos, si se tiene en cuenta que hace una semana las lluvias también fueron beneficiosas para el domo central agrícola.
Hasta el mediodía del primer día laboral de la semana en Sáenz Peña se registraron treinta milímetros; mientras que en Colonia Rivadavia, al este de la ciudad, el dato era de cincuenta milímetros, y al sur, en el límite con el departamento O’Higgins, el pluviómetro indicaba sesenta milímetros.
El sector con menor registro fue el ubicado hacia el norte de la ciudad, en campos cercanos al departamento Maipú.
Según publicó Diario Norte, la sucesión de lluvias en los últimos días de febrero “ayudan a frenar los daños los sembrados” que manifiestan pérdidas importantes en el área agrícola del departamento Comandante Fernández.
“En Colonia Rivadavia se pueden observar sembrados de sorgo afectados en un cincuenta por ciento; cultivos en los que los productores decidieron no completar la aplicación de todo el paquete tecnológico porque los lotes están muy comprometidos”, refirió el técnico de la cooperativa El Progreso, en una evaluación de los daños que exponen los sembrados.
En lo referido al algodón, el profesional indicó que “las plantaciones están sin carga y ahora con humedad esas plantas necesitarán no menos de treinta días para volver a cargar, lo que se complica por las fechas que tiene reglamentadas el cultivo”. Se añade que los algodonales que vuelvan a cargar deberán ser tratados contra plagas y fertilizados, lo que implica mayores costos para el productor que se animó al cultivo regional.
“En cuanto a la soja, se pueden observar lotes con un desarrollo desigual, con pérdidas en los sectores altos y la posibilidad de que lo que sobrevivió a la etapa seca se recupere con las últimas lluvias”, resumió Lúquez. “Las precipitaciones, aunque vengan tarde, nunca están de más”, insistió el profesional, quien –como los productores chaqueños– está acostumbrado a lidiar con el clima, que es el factor que define el éxito o el fracaso de una campaña.

