“La importación ocurrió toda la vida, es una cuestión de oferta y demanda que no se puede controlar”, comentó a Infobae Daniel Canepa, de la firma Tumori y Cánepa SRL, con 20 años de trayectoria en el Mercado Central.
En octubre del año pasado el cajón de 20 kilos de tomates de producción nacional llegó a venderse en el Mercado Central en un rango de 400 a 500 pesos, según la región del país de donde procediera, mientras que el cajón traído desde Brasil se pagó en torno a los $350 a precio mayorista, por lo cual, el kilo de tomate brasileño en el ente concentrador llegó a ofrecerse al público a unos 20 pesos.
Sin embargo, en la actualidad los valores del mercado variaron: el kilo de tomate en el área metropolitana se vende en un rango de precios entre 10 y 16 pesos el kilo y no en los $30 de tres meses atrás, mientras que los tomates provenientes de las principales zonas hortícolas del país vecino, Minas Gerais y Goias (a unos 2.200 kilómetros de Buenos Aires), costarían un 5% más por la revalorización del real brasileño. Así, al público en el Mercado Central no se conseguirían debajo de los $21, a lo que habría que agregar el costo de distribución a las bocas de venta minoristas, como verdulerías, supermercados y autoservicios.
En cualquier caso, la importación no evitará que persistan las dificultades para ofrecer el kilo de tomates a $10,50, tal como establece el acuerdo de precios rubricado por el Gobierno con diez cadenas comerciales, vigente desde el 6 de enero.

